La Taxonomía de Bloom establece una serie de objetivos de aprendizaje jerarquizados de menor a mayor complejidad cognitiva. ¿La finalidad? Facilitar el diseño de los ejercicios y actividades adecuados para cada etapa, además de garantizar un aprendizaje que perdure toda la vida. Aunque desde su creación en 1956 ha pasado por diferentes revisiones para adaptarse a las necesidades educativas (y digitales) de cada época, la irrupción de la IA y de herramientas como ChatGPT o Gemini plantea nuevas posibilidades a los docentes para aplicar este recurso. Explicamos a continuación seis ejemplos de cómo el uso de la inteligencia artificial puede ayudar tanto a evaluar como a crear experiencias educativas que permitan lograr las habilidades de aprendizaje definidas en los diferentes niveles de la Taxonomía de Bloom.
Recordar
La IA generativa ayuda a crear cuestionarios o juegos educativos que adapten el nivel de dificultad y el tipo de preguntas a las necesidades individuales de cada estudiante. Por un lado, el alumnado aprende a memorizar de una forma más efectiva y, por otro, los docentes detectan las áreas en las que se necesita más práctica. Además, estos chatbots pueden utilizarse para generar resúmenes y explicaciones de conceptos complejos, lo que también facilita una mejor comprensión de la información y, por tanto, permiten retenerla en su memoria a largo plazo.
Comprender
Mediante la ayuda de herramientas de IA es posible generar escenarios interactivos para que los estudiantes entiendan conceptos abstractos en un contexto real y, a su vez, desarrollen una comprensión más profunda de los temas y sus aplicaciones en el mundo real. Por su parte, los docentes encuentran en estos asistentes una herramienta ideal para crear representaciones visuales de determinados datos como gráficos, diagramas y mapas mentales que faciliten la identificación de patrones, tendencias y relaciones entre diferentes conceptos.
Aplicar
La IA sirve para que los docentes diseñen problemas basados en escenarios concretos y que los estudiantes apliquen sus conocimientos y habilidades para resolverlos, desarrollando a su vez habilidades de pensamiento crítico y resolución de problemas. Asimismo, esta tecnología puede proporcionar a los estudiantes comentarios y retroalimentación personalizados sobre su trabajo, ayudando a identificar sus fortalezas y debilidades.
Analizar
Al plantear determinados ejercicios o preguntas al alumnado, es posible pedirle a las herramientas de IA que analicen las respuestas para identificar patrones, tendencias y detectar el nivel de conocimiento adquirido. Por su parte, los estudiantes tienen la posibilidad de poner a prueba sus habilidades de investigación y análisis sobre cualquier tema mediante el planteamiento de cuestiones concretas y comparando los resultados obtenidos con información de otras fuentes.
Evaluar
En este punto la IA sirve de apoyo a los docentes para crear rúbricas de evaluación automatizadas que proporcionen a los estudiantes comentarios detallados sobre su trabajo y les ayuden a comprender mejor los objetivos. El alumnado también puede autoevaluarse gracias a herramientas y recursos que faciliten la reflexión sobre su propio aprendizaje y les ayuden a identificar aquellas áreas en las que necesitan mejorar.
Crear
En el escalón final y más complejo de la Taxonomía de Bloom, la IA es útil para ayudar a los estudiantes a desarrollar ideas para proyectos creativos en los que tengan que trabajar el pensamiento creativo y expresarse de manera innovadora. De igual modo, proporciona al alumnado comentarios y retroalimentación sobre estos proyectos.