Con una pantalla de 10,35 pulgadas, incorpora un lápiz digital que la convierte en un cuaderno de notas para tomar apuntes, realizar anotaciones, dibujar o hacer esquemas. La hemos probado.
Escribir en una tablet no siempre es cómodo: hacerlo con el teclado en pantalla no resulta muy fluido, por lo que si se va a utilizar para esta función lo ideal es usar un teclado físico Bluetooth. Eso, o escribir con un stylus, como propone el modelo SPC Gravity 3 Pro que, además, lo trae de serie. En este caso, se trata de un lápiz digital que ofrece una sensación muy natural al sujetarlo; es como tener en la mano un bolígrafo o un lápiz tradicional. Los trazos son fluidos y responde perfectamente a los diferentes niveles de presión que se ejercen sobre la superficie de la tablet.
Ahora bien, como no incluye ningún programa para tomar notas manuscritas, es necesario dirigirse a la tienda de Google Play para descargarse alguna de las muchas apps que existen y así realizar anotaciones, hacer un esquema o si se prefiere dibujar. En nuestro caso, usamos, entre otras, las aplicaciones Squid y Clip Studio Paint.
Conectado por Bluetooth, incorpora una batería que se recarga a través de USB tipo C. Al no haber ningún tipo de sistema para que quede guardado mientras no se utiliza, hay que tener especial cuidado de no perderlo.
A diferencia de otros modelos, el diseño del SPC Gravity 3 Pro es sobrio. Con unas dimensiones de 245 x 160 x 9 mm y 500 gr de peso, está fabricado en plástico. Si en el lateral derecho se ubican los botones de encendido/apagado y control de volumen, en el izquierdo están la ranura para tarjetas de memoria microSD de hasta 512 GB por si es necesario ampliar su memoria interna de 64 GB y el puerto USB-C para recargar la batería; un puerto que es compatible con OTG, una función que permite añadir algún dispositivo o periférico como por ejemplo un ratón o un teclado.
La pantalla, dotada de la tecnología Pure Glass que la protege de los rayones para así ofrecer una mayor durabilidad y resistencia, tiene un formato panorámico, un tamaño de 10,35 pulgadas y una resolución de 1.332 x 800 píxeles. A pesar de no ser Full HD, su calidad es adecuada en términos de nitidez, representación de los colores y contraste. El único ‘pero’ es que los márgenes que la rodean son anchos y esto le resta en ciertos momentos la sensación de inmersión, sobre todo al reproducir contenidos multimedia. Debajo de este display hay una pareja de altavoces estéreo dobles. Su sonido es limpio y se escucha bien, aunque como sucede con otros dispositivos móviles, conviene no subir el volumen al máximo porque distorsiona.
Sin ser una tablet especialmente rápida, es posible desplazarse sin problemas entre los programas y las aplicaciones. Carga bien las páginas, aunque a nivel de juegos no es la opción más recomendable, sobre todo si requieren de una alta potencia gráfica. Su configuración incluye el procesador de gama media MediaTek MT8168 Quad y una memoria RAM de 4 GB. Integra el sistema operativo Android 11 y la batería tiene una autonomía que dura alrededor de 6 horas.
Incorpora, por otro lado, una salida de audio de 3,5 mm, Bluetooth 5.0, Wi-Fi 5 (b/g/n/ac) y doble cámara (la frontal de 720p y la trasera de 5 megapíxeles de resolución). En el caso de los menores, es compatible con la herramienta de control parental Google Family Link.
Conforme pasa el tiempo debemos actualizarnos en la utilización de la tecnología.