Desarrollar el pensamiento lógico y la orientación espacial, fomentar la creatividad o apostar por el aprendizaje basado en el ensayo y el error. Estos son algunos de los beneficios que aportan estos robots educativos en el aula y en casa.
Gracias a los kits para montar robots, los estudiantes se adentran en la robótica y la programación de una manera entretenida. No solo en el aula, donde los docentes pueden plantear proyectos aplicados a materias como la ciencia, la tecnología, la ingeniería o las matemáticas; también en casa, una actividad que pueden compartir con sus familiares y amigos. Ambas disciplinas les proporcionan numerosos beneficios: trabajar su orientación espacial; mejorar su nivel de atención; fomentar su creatividad y capacidad de razonamiento al enfrentarse a retos que deben resolver… Esta recopilación de robots se dirige a los estudiantes de Educación Primaria.
Índice de contenido:
Go Kubo! es un robot educativo diseñado para aprender a programar sin necesidad de utilizar pantallas. A través de experiencias prácticas y cercanas a su realidad, los estudiantes desarrollan el pensamiento computacional y lo aplican a la programación. El robot lee unas fichas denominadas TagTiles que contienen un chip en su interior. Así, cuando se coloca sobre ellas, procesa la información que recibe y ejecuta los movimientos indicados.
Permite montar hasta 12 robots gracias a sus 230 piezas. Pero esta no es la única característica que lo diferencia de otras propuestas: también incluye un panel solar que aprovecha la luz del sol para que los robots se desplacen y no dependan de una batería. Mientras los estudiantes los montan, tienen la oportunidad de aprender sobre fuentes de energía renovables o cómo se transforma la energía solar en energía eléctrica. Recomendado a partir de 8 años.
Indicado a partir de 5 años, este robot imita al Triceratops, un tipo de dinosaurio que se caracteriza por tener una cabeza cubierta de crestas y cuernos en la zona de la frente y la nariz. Una vez montado, las herramientas se incluyen en su caja, unos mecanismos especiales le permiten realizar diferentes movimientos.
Está inspirado en la metodología STEM para que los estudiantes a partir de 8 años, además de desarrollar su capacidad de razonamiento, estimulen su creatividad y habilidades manuales. Para ello, este juego les propone construir un robot de 35 piezas y programarlo para que gire a derecha e izquierda, avance y retroceda. Incluye un reloj inteligente con sensor de gravedad para que lo controlen a distancia.
Este robot educativo de Makeblock Education está formado por más de 10 módulos electrónicos programables que le permiten realizar movimientos giratorios, seguir líneas, sortear obstáculos… Distribuido por ROBOTIX Hands-on Learning, está equipado con sensores de sonido y de luz, una pantalla matriz de LEDs, un receptor y transmisor de rayos infrarrojos, y giroscopio y acelerómetro. En lo que respecta a su programación, emplea un software por bloques basado en el lenguaje Scratch 3. También se puede integrar con el lenguaje Phyton y cambiar entre ambos.
Bloques magnéticos, un temporizador, un micrófono, un ventilador, un zumbador, un motor servo, un inversor, un driver o conductor, una tira de luces LED, plantillas de varias formas… Estos son algunos de los componentes incluidos en este kit de robótica educativa STEM (lo distribuye Ro-bótica) que no precisa de conocimientos en programación. Los alumnos solo tienen que sacar su lado más creativo y combinar sus piezas hexagonales con las herramientas de electricidad, sonido y luz incluidas.
Con un programador remoto que transmite los comandos, su programación le permite ejecutar una serie de pasos, desplazarse por una pista de obstáculos mientras los esquiva o desbloquear funciones adicionales que permanecen ocultas. Incluye 40 tarjetas de codificación con las que, además, es posible crear una línea que el robot puede seguir gracias al sensor que integra en su base. Los niños cuentan también con una guía de actividades.
Recomendado para estudiantes de entre 6 y 10 años, este kit fomenta el interés hacia el aprendizaje STEAM de una manera práctica a través de diferentes propuestas alineadas con los contenidos curriculares; además, les ayuda a desarrollar sus competencias lingüísticas, matemáticas y socioemocionales. Incluye (entre otros) 449 piezas, cuatro figuras, dos motores de pequeño tamaño, un hub con dos puertos, un sensor giroscopio de seis ejes y una batería recargable. El alumnado puede descargarse la aplicación SPIKE para programarla a través de un lenguaje basado en Scratch.
Es una evolución del robot mBot de Makeblock Education que incluye, además, un entorno de programación y varias actividades. En concreto, los alumnos pueden iniciarse en la programación con bloques y de manera progresiva avanzar a la programación orientada a objetos como Python. El cerebro de este robot, distribuido por ROBOTIX Hands-on Learning, es el microcontrolador Cyber-Pi que ofrece capacidades de red, pantalla a color, sensores y una batería recargable. El aprendizaje que adquieren no solo está relacionado con la robótica y la programación, sino con otras áreas como la inteligencia artificial, la ciencia de los datos y las materias STEAM. En este vídeo se puede comprobar cómo funciona.
Reúne más de un centenar de piezas para que los más pequeños puedan dejar volar su imaginación y monten un robot según sus gustos. Con un motor que permite que se desplace por sí solo, incluye un manual ilustrado donde se sugieren varias ideas para ayudarles a conocer algunos de los principios básicos no solo de la robótica, sino de la física y la ingeniería.
Muy interesante el articulo sobre los robots para construir programas en educación primaria, ya que los niños de la actualidad traen consigo el manejo y manipulación de las tecnologías, además estos artículos promueven la creatividad y fomentan la motivación de los alumnos.
Por otro lado, son herramientas valiosas para el docente ya que puede crear proyectos enfocados a la ingeniería, la matemática y la robótica. Una desventaja que veo en estos robots es el presupuesto con el que cuenta cada institución, considero que es una gran barrera para poder acceder a estos artículos.