Juegos de mesa, placas programables, libros con ideas… Y, por supuesto, robots para construir y programar. Cualquiera de estas sugerencias de regalo será un éxito esta Navidad.
La robótica y la programación son disciplinas que cautivan a mayores y pequeños por su capacidad para crear cualquier cosa que puedan imaginarse y dotarlas ‘de vida’. Además, son grandes aliadas para desarrollar el pensamiento lógico, la resolución de problemas o comprender conceptos matemáticos como la secuenciación. Pero hay vida más allá del código y los clásicos robots y esta selección de regalos para los apasionados de la robótica y la programación es una prueba de ello.
Índice de contenido:
Un robot inteligente interactivo que profundiza en la resolución de problemas, la creatividad y el pensamiento lógico. Se programa de diferentes maneras: directamente desde el propio robot, utilizando las 25 tarjetas tipo puzle que incluye para completar diferentes tareas o desde un dispositivo móvil iOS. Las expresiones faciales que emite y su voz ayudan a conocer su estado de ánimo.
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Un robot de suelo programable en forma de abeja para que el alumnado de 3 a 7 años tenga su primer contacto con el mundo de la robótica. A diferencia de otros kits más avanzados, en los que el robot se controla a través de un programa instalado en el ordenador o la tableta, Bee Bot se desplaza a través de una alfombra y unos botones que pulsan los estudiantes siguiendo un determinado orden. Los sonidos que emite y sus ojos parpadeantes confirman que recibe las instrucciones. Puede realizar hasta 40 movimientos.
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Indicado para estudiantes de entre 12 y 16 años, el kit cuenta con todos los elementos necesarios para llevar a cabo cualquier proyecto que se desee: una placa Zum Core 2.0 que se convertirá en el cerebro de la creación; sensores de luz, infrarrojos y de ultrasonidos; un indicador LED, un potenciómetro y un zumbador; un servo y otro de rotación continua; un botón, un cable microUSB a USB, un portapilas… Todos ellos se pueden programar con Bitbloq (es la recomendación de BQ Educación, aunque se puede hacer con otras muchas herramientas): esta plataforma comienza con programación por bloques para luego ir facilitando el paso a la programación por código. Se controlan por Bluetooth desde el móvil o una tablet.
Este robot educativo de SM y Makeblock está formado por más de 10 módulos electrónicos programables que le permiten realizar movimientos giratorios, seguir líneas, sortear obstáculos… Así, está equipado con sensores de sonido y de luz, una pantalla matriz de LEDs, un receptor y transmisor de rayos infrarrojos, y giroscopio y acelerómetro. En lo que respecta a su programación, emplea un software por bloques basado en el lenguaje Scratch 3. También se puede integrar con el lenguaje Phyton y cambiar entre ambos.
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Ccombina la programación con Scratch y elementos físicos para que los objetos reales se conviertan en mandos (instrumentos, mandos para videojuegos, superficies interactivas…) con los que controlar acciones en un juego o una historia programada con este lenguaje. Es compatible con Mac OS, Windows, Linux y la mayoría de terminales Android con OTG.
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Un Arduino Starter kit que contiene más de 200 componentes, entre ellos una placa controladora compatible con Arduino Mega 2560 R3 y una tarjeta de expansión, así como más de 60 tipos de componentes y sensores para desarrollar los proyectos, como un módulo LCD 1602 capaz de mostrar dos filas de hasta 16 caracteres, un módulo RFID y 830 puntos de conexión de paneles. Viene acompañado de un CD y con una guía en PDF para aprender con más de 22 lecciones en español.
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Un robot tortuga interactivo muy sencillo de utilizar: en su caparazón cuenta con diferentes botones táctiles iluminados que guían al robot en sus movimientos. Con ayuda de un adulto, los menores pueden diseñar sobre un papel un recorrido y luego programarlo en el robot. Se recomienda utilizar en interiores, pues puede quedarse atascado en zonas donde hay arena.
Un robot que baila, un submarino fabricado a partir de una botella o un boombox para el móvil son algunos de los 35 proyectos que propone este libro perteneciente a la colección Ideaka. Con él, se despiertan las vocaciones STEAM construyendo todo tipo de objetos a la vez que mejora la lectura y disfruta de una experiencia entretenida. Edad recomendada: de 10 a 12 años.
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Incluye más de 840 piezas LEGO, un motor adicional, un concentrador motorizado, un sensor de color y otro de distancia. Con todas estas herramientas, se pueden construir hasta cinco robots como, por ejemplo, la mascota Frankie el gato, una guitarra o Vernie, el robot que baila. Luego se programan para que realicen las más de 60 actividades que propone la aplicación LEGO Boots, compatible con dispositivos Android e iOS.
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¿Recuerdas el ‘Twister’? El funcionamiento de este juego es muy similar, aunque emplea actividades interactivas para que los estudiantes comprendan conceptos básicos del lenguaje posicional y de las directrices básicas de la programación. Para ello, uno de los jugadores creará un comando de secuencias que el otro deberá seguir moviéndose por encima de una esterilla de espuma.
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Se trata de un kit compuesto por bloques de construcción electrónicos que se unen con imanes y que pueden combinarse con materiales caseros. Dispone de 8 Bits, 6 plantillas de papel, 10 accesorios, una hoja de pegatinas y una batería 9V con cable que, combinados, permiten crear una guitarra o una batería. Además, se complementa con una app móvil, ‘Inventor App’, en la que encontrar diferentes propuestas de actividades para utilizar con los instrumentos como, por ejemplo, programar el ‘keytar’ (teclado sintetizador) para que la guitarra suene conforme a los movimientos de quien esté delante.
Destinado a menores a partir de 10 años, se trata de un robot educativo impulsado a través de un microcontrolador llamado CyberPi. Su peculiaridad es que se puede vincular con otro robot para crear diferentes circuitos con la colaboración de ambos. También puede controlarse a través de la voz, conectándolo a Internet, para darle órdenes como ‘avanzar’ o ‘parar’. Funciona a través de mBlock, un sistema de código abierto para que los menores programar con bloques desde el ordenador.
Como sus componentes son intercambiables, el robot Mio admite diferentes creaciones. Dispone de dos sensores infrarrojos con los que evita obstáculos y sigue los movimientos de la mano. También cuenta con un micrófono para darle órdenes (a través de las palmadas), mientras que la app ofrece dos funciones principales: codificación en bloques y control de movimientos en tiempo real. Resulta idóneo para el alumnado mayor de 8 años.
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Un videojuego para Nintendo Switch que viene acompañado de unas planchas de cartón y láminas de cartulina para crear con ellas un robot. Los menores a partir de 6 años deberán sacar su lado más creativo para construir el cuerpo mecánico con el que después controlarán un robot en el mundo virtual del juego. Estirar los brazos, inclinarse hacia abajo o estirar las piernas son algunas de las acciones que tendrán que realizar para mover al robot y ganar todas las aventuras.
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Funciona con energía solar y, además, puede adoptar hasta 14 formas distintas como, por ejemplo, un cangrejo que camina; un escarabajo que se mueve; o Chaser, el robot boxeador. Además, incluye todos los accesorios y las piezas necesarias para que se mueva no solo a través de la superficie terrestre, sino también en el agua. Se recomienda para estudiantes de más de 10 años.
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