Desde hace algunas semanas, muchos usuarios están recibiendo un aviso en sus ordenadores con Windows 10: Windows Update les informa de que pueden actualizarse de manera gratuita a Windows 11 (si todavía no lo has recibido y tu dispositivo cumple con los requisitos, no te preocupes: está llegando de forma gradual). Del mismo modo, aquellos que van a comprar un ordenador nuevo se encontrarán con que su nuevo equipo ya trae preinstalado este sistema operativo, que rediseña el entorno Windows por completo y se centra en ofrecer soluciones para facilitar tanto el estudio como el trabajo híbridos.
En nuestro caso, hemos tenido la oportunidad de probarlo con un portátil Microsoft Surface Laptop Go, un equipo muy ligero con pantalla táctil PixelSense de 12,4 pulgadas, una autonomía de hasta 13 horas de uso y una configuración en la que destacan un procesador Intel Core i5 de 10ª generación, con 8 GB de memoria RAM y un disco duro SSD de 256 GB.
Las novedades: el diseño
Al terminar la instalación de Windows 11 lo primero que llama la atención es el gran cambio estético que supone. Ahora la barra de tareas está centrada, todos los iconos son redondeados (y más modernos), hay un nuevo menú de inicio, un nuevo explorador de archivos, nuevos colores en las carpetas… y un largo etcétera.
Es especialmente interesante la nueva barra de tareas, en la que los iconos aparecen centrados automáticamente. Puedes desplazarla a la izquierda, pero no moverla a ningún otro sitio. A nivel funcionalidad, ha perdido algunas opciones, como arrastrar un documento al icono del programa en la barra para que se abra automáticamente.
Como consecuencia de que la barra esté centrada, el menú de inicio también aparece en esta posición. Se llena automáticamente con 18 aplicaciones ancladas que, eso sí, se pueden reorganizar de forma personalizada arrastrando los iconos, añadiéndolas haciendo clic con el botón derecho del ratón, eliminando lo que no interese… En concreto, en la parte superior vemos una barra de búsqueda, las aplicaciones están justo debajo y, a continuación, un conjunto de accesos directos a los archivos y apps usadas más recientemente.
Mejora de la productividad
Eso a nivel estético, pero en cuanto y rendimiento también hay cambios. Lo principal es que se nota una mejora sustancial del rendimiento en los equipos, en los que se abren las aplicaciones y archivos más rápido.
Y en lo que a funcionalidad se refiere, nos vamos a centrar en dos características muy prácticas. La primera es, básicamente, la capacidad del sistema para abrir varias ventanas a la vez y distribuirlas en la pantalla según nos interese. De esta manera, al poner el ratón sobre el botón de maximizar la pantalla, aparecen múltiples opciones: una división 50/50, una división 75/25 y un diseño de cuadrícula. Además, cuando te centras en una y quieres volver a la disposición anterior, puedes hacerlo con un clic, y el sistema memoriza la disposición también si tenías un monitor externo conectado a un portátil y lo quitas.
La otra función nueva destacable es la integración del chat de Microsoft Teams en la barra de tareas, para que se puedan enviar y recibir mensajes incluso con contactos que no utilizan esta herramienta empleando incluso su número de teléfono.