Si tuviéramos que definir los altavoces We. HEAR2 de Loewe en una frase, diríamos que tienen un diseño espectacular (no parece un modelo ‘de exterior’) y son muy sencillos: se trata de un modelo para reproducir a través de Bluetooth que tiene lo básico; es decir, nada de aplicación para personalizar el sonido, ecualización… y únicamente cuatro botones para hacer los ajustes esenciales.
Máxima sencillez
De ahí que tanto su vinculación con el móvil (o cualquier otro equipo compatible) y su uso sean tan simples. Basta con encender el altavoz para que se active de manera automática el modo de emparejamiento. Desde el smartphone lo buscamos en el listado de dispositivos disponibles y ¡listo! Entre sus botones hay dos indicados tanto para subir y bajar el volumen como para pasar de canción. Los otros, son el de encendido/apagado y uno para desenlazar o enlazar un nuevo equipo desde el que reproducir y para vincular dos unidades del We. HEAR2 y crear un par estéreo. Y es que el altavoz por sí mismo no lo es.
Además, en su parte trasera tiene un puerto auxiliar para conectar otras fuentes y un puerto USB que sirve para cargar su batería, que ofrece una autonomía de hasta 17 horas de uso y se carga en casi 5 horas. Ambos están protegidos por una tapa de goma que se ajusta muy bien. No podía ser de otra manera, ya que es un altavoz pensado para llevar a todas partes cuyo diseño está precisamente orientado a eso.
Resistente al agua
Y ello pese a que su exterior, recubierto de una tela acústica de alta calidad, pueda hacer que no lo parezca a simple vista: incluye resistencia a las salpicaduras IPX6, lo que significa que incluso podría resistir chorros de agua a presión. Además, viene con una tira para que se pueda llevar como si fuera una bandolera. Eso sí, es un dispositivo grande (tiene unos 29 cm de alto) y bastante pesado (2 Kg).
En su interior, esconde dos altavoces de agudos, dos más de medios y otros dos de graves, que proporcionan una potencia de 60 vatios, consiguiendo llenar la habitación de música. No distorsiona pese a subir el volumen y, pese a que el audio que proyecta es nítido y claro, el hecho de que no sea estéreo repercute en la calidad global de la reproducción.