Las plataformas y las redes sociales como Facebook y Google llevan años desarrollando redes publicitarias complejas basadas en los datos personales que comparten los usuarios de forma gratuita en sus perfiles, que después se utilizan en la publicidad segmentada. En ocasiones, eso da lugar a la sensación de que vivimos permanentemente ‘vigilados’ por un ente omnipresente en la red. Sin embargo, existen medidas que ayudan a recuperar el control y limitar el acceso de los sitios web, las redes sociales y las aplicaciones a los datos personales de los navegantes. Por ejemplo, utilizar un servicio de VPN.
Shane McNamee, director de Privacidad de Avast, asegura que “el usuario tiene más control del que cree a la hora de decidir quién puede ver sus datos y qué se puede hacer con ellos". Es por ello, que la firma especializada en privacidad y seguridad digital ha recopilado una serie de sencillos consejos que todo usuario debe tener en cuenta para asegurar la privacidad online tanto en las redes sociales como en las aplicaciones.
Gestionar la publicidad
Restringir los datos que los anunciantes utilizan para dirigirse a los usuarios en las redes sociales es posible. Simplemente hay que revisar la configuración de privacidad en las redes sociales y publicidad y asegurarse de eliminar las preferencias de contacto que la plataforma puede utilizar. En Facebook y Twitter es posible desactivar o eliminar cualquier dato personal que pueda ser utilizado para la orientación publicitaria. También se puede desactivar el seguimiento y la segmentación publicitaria fuera de las redes sociales, por ejemplo, desactivando ‘Actividad fuera de Twitter’ en Twitter y eliminando ‘Anuncios mostrados fuera de Facebook’ en Facebook.
Desactivar el seguimiento de la ubicación
El seguimiento de la ubicación y el historial, incluso los metadatos de ubicación de las fotos, permiten a las plataformas de redes sociales y a las aplicaciones rastrear y catalogar los diferentes lugares en los que ha estado el usuario de forma precisa para luego ofrecer anuncios personalizados. Una buena medida para proteger la privacidad en las redes sociales es desactivar los servicios de localización en el teléfono móvil para todas las aplicaciones de redes sociales y la cámara. Para hacerlo en un dispositivo iOS, hay que acceder a ‘Ajustes’, ‘Privacidad’ y ‘Servicios de Localización’. En cambio, en Android, se debe acceder a “‘Ajustes’ y luego a ‘Ubicación’ para desactivar la opción ‘Compartir Ubicación’, el ‘Historial de Ubicaciones’ y ajustar el acceso a la ubicación para las aplicaciones.
No loguearse
En algunas plataformas de redes sociales como Twitter y TikTok no es necesario iniciar sesión para ver los contenidos. Con ello, se evita que se recopilen una gran cantidad de datos, como el recorrido del usuario por la plataforma concreta, en el que se incluye el contenido que busca y con el que interactúa, así como los anuncios en los que hace clic.
Rechazar los permisos de las aplicaciones y los videojuegos
Como viene siendo habitual, la mayoría de la gente inicia sesión en otras aplicaciones y sitios web a través de sus datos de acceso de Facebook o Google. Si bien esto es muy práctico, también abre la puerta a estas compañías para obtener información personal. A través de la configuración de Facebook se pueden cancelar los permisos o elegir a qué datos tienen acceso las aplicaciones y videojuegos utilizados habitualmente.
No hacer clic en los anuncios
Muchas redes sociales y aplicaciones no solo rastrean los anuncios en los que se hace clic, sino también el tiempo que se pasa mirándolos. Para que no sea posible disponer de la información sobre los intereses de los usuarios, se debería adquirir la costumbre de ignorar los anuncios y no utilizar la función de ‘Comprar’ directamente disponible por ejemplo en Instagram y en Google. Si el usuario ve algo que le gusta en un anuncio en redes, puede buscarlo a través del navegador web mientras utiliza una VPN, que dificulta que terceros puedan rastrear las actividades online.
Crear una dirección de correo electrónico desechable
Si realmente se quiere recuperar parte de la propia privacidad en las redes sociales, se debería empezar desde cero creando una dirección de correo electrónico desechable, es decir, una dirección que solo se utiliza para cosas específicas y que no vincula al usuario con ningún lugar. Esto hace mucho más difícil a las compañías el rastreo de la actividad. Una opción sencilla es crear una cuenta gratuita con Gmail, pero asegurándose de no vincularla a ninguna cuenta principal. Mejor aún, se puede utilizar un servicio de correo electrónico diferente al utilizado habitualmente para que no se sincronicen de manera accidental.
La importancia de una buena contraseña
Otro factor crucial en la seguridad online es el uso de contraseñas seguras. Según un informe del comparador Acierto.com, hasta el 89% de los internautas españoles desconoce cómo crear una. Y no solo eso, sino que 4 de cada 5 no la actualiza casi nunca, siendo solo un 20% de usuarios los que cambian su contraseña una vez cada seis meses.
Por ello, y por todo lo anterior, hay que recordar lo siguiente: debería combinar mayúsculas y números, pero también minúsculas y símbolos o signos de puntuación; y contar con más de ocho caracteres de longitud (cuanto más larga, más segura). Además, lo adecuado es prescindir de datos obvios como el nombre, año de nacimiento, palabras malsonantes y similares. Tampoco es conveniente usar la misma en todos los servicios. Para recordarlas podemos usar un gestor de contraseñas.