Después de horas sentada delante del ordenador, cuando me levanto me siento agarrotada y muchas veces mis músculos se resienten: me duelen los omoplatos, las lumbares, o tengo las piernas hinchadas de la mala circulación. Imagino que es la misma sensación que tienen otras muchas personas que trabajan sentadas. Y lo cierto es que, aunque intento aprovechar las llamadas para levantarme y moverme, muchas veces estoy tan concentrada que no me acuerdo de hacer pausas para levantarme y estirar. Pues bien, he descubierto un dispositivo que me ayuda a aliviar el dolor y relajar los músculos: una pistola de masaje. 

Lo cierto es que, a priori, en mi mente este tipo de dispositivos está más bien relacionado con la práctica deportiva, ya que ayudan a prepararse antes de un entrenamiento y a relajar luego la musculatura al terminar. Para mi sorpresa, muchos fisioterapeutas los recomiendan también para aliviar pequeñas contracturas y molestias en casa. Durante las últimas semanas he estado probando la Bob and Brad M7 Plus Mini, y tengo que confesar que he notado cierta mejoría.

Masaje, luz y calor

Se trata de una pistola de masaje con un diseño muy compacto, lo que facilita que uno mismo pueda hacerse los masajes —siempre y cuando llegue a la zona, claro—. Viene con cinco cabezales diferentes, y en las instrucciones está perfectamente explicado para qué sirve cada uno y dónde se puede utilizar. Así, el de bola sirve para grandes grupos musculares como cuádriceps, glúteos o dolores articulares; el de bala es para articulaciones, tejidos profundos, puntos gatillo y zonas musculares pequeñas como pies y muñecas; y el que tiene forma de ‘U’ para la columna, cuello y hombros. Además, tiene otro de cojín de aire para relajar partes sensibles del cuerpo y un quinto térmico adecuado para cualquier parte del cuerpo. Se colocan facilísimo, a presión, y se quitan tirando de ellos con algo de fuerza. 

pistola de masaje con luz y calor

Me ha gustado especialmente que en el manual de instrucciones vienen además tres páginas dedicadas a las distintas zonas, explicando qué cabezal usar, con qué movimientos (tiene fotografías) y durante cuánto tiempo. En mi caso, por ejemplo, me ha resultado de gran utilidad utilizar el de bola en la espalda, tanto a la altura lumbar como de las dorsales, con movimientos diagonales desde el exterior hacia el centro. 

Pero, sin duda, el masaje más placentero ha sido el que he conseguido con el cabezal de calor; un accesorio que emplea infrarrojos y hay que cargar de forma independiente para poder utilizarlo, ya que tiene batería propia. En este caso, al encenderlo es posible seleccionar entre dos temperaturas. También tiene un modo de luz azul, pero sus beneficios están orientados al blanqueamiento de la piel, por lo que no lo he utilizado. 

Hay además 5 velocidades, y de nuevo encontramos una tabla en la que nos recomienda la adecuada en función del objetivo: la primera velocidad ya es intensa, y suficiente. 

Carga por USB

Por último, destacar que la carga tanto de la pistola como del cabezal de calor se realiza por USB tipo C, y sirve el cargador de nuestro móvil. Incluso si es de carga rápida: si es el caso, en 2 horas su batería está llena por completo. 

pistola de masaje
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