No es la primera vez que en EDUCACIÓN 3.0 probamos una ‘Surface Go 3’ de Microsoft. Y tanto en el análisis del modelo original como en el del Surface Go 2, destacamos una cosa: su idoneidad para el entorno educativo, debido sobre todo a su diseño portátil, resistente y convertible gracias a un teclado adicional; y a una configuración suficiente para las tareas diarias relacionadas con el estudio.
Más rendimiento con Microsoft Surface
Microsoft Surface Go 3 va un paso más allá, mejorando su capacidad de procesamiento para que se puedan realizar muchas más tareas de forma fluida. En concreto, está disponible con tres configuraciones en las que cambia la memoria RAM, el almacenamiento y el procesador. En nuestro caso hemos probado la superior, con 8 GB de RAM, 128 GB de capacidad y un procesador Intel Core i3. Gracias a ello, su rendimiento se aproxima ahora mucho más al de un ordenador portátil, permitiendo navegar, jugar, editar imágenes, visualizar contenidos multimedia… Lo hace, además, de manera muy silenciosa (no tiene ventilador), sin calentarse demasiado y con una autonomía que se acerca a las 10 horas.
Se trata, por otro lado, de uno de los primeros modelos en venir con Windows 11 preinstalado. Lo hace en su versión S, en la que únicamente hay acceso a las aplicaciones de la tienda de Microsoft y en la que prima la seguridad (otra de las razones para recomendarlo para estudiantes). Sin embargo, desde la configuración se puede cambiar a la versión estándar.
Diseño continuista
Poco que aportar en cuanto a diseño, ya que se repite con respecto a la generación anterior. El elemento principal es su pantalla, con un tamaño de 10,5 pulgadas, resolución Full HD (lo que da una densidad de 220 píxeles por pulgada) y un formato 3:2. Se ve de forma muy clara y nítida, con una calidad óptima teniendo en cuenta el coste del equipo, y resulta además comodísima para trabajar con contenidos de texto y navegar por Internet. Cuando se visualizan contenidos multimedia, eso sí, aparecen dos bandas negras arriba y abajo para adaptarse al modo panorámico.
Es multitáctil, con una respuesta rápida y precisa a los toques, y cuenta además con recubrimiento Corning Gorilla Glass 3 para asegurar su durabilidad, aunque a su vez provoca que aumenten los reflejos en determinados ángulos. Sobre ella se sitúa una cámara frontal de 5 megapíxeles para realizar videollamadas con calidad ajustada, dos sensores para la iluminación y dos micrófonos.
Convertida en portátil
En la parte trasera incorpora otra cámara adicional con 8 megapíxeles y grabación con calidad Full HD que, tratándose de una tableta, tendrá poco uso. No es el componente que más llama la atención en esta zona: vuelve a ser el ‘Kickstand’, un soporte que se despliega para colocar la Surface Go 3 en posición vertical sobre una mesa y otras superficies planas.
De esta manera, cuando se utiliza junto con la funda Type Cover (que se vende por separado), puede utilizarse como si de un portátil se tratara. Con todas las teclas habituales, es más compacto de lo habitual, pero tras un par de días de práctica resulta cómodo. Incluye además retroiluminación (es un ajuste manual) y un trackpad con un tamaño amplio y muy preciso en su respuesta táctil: tanto, que incluso algunas veces se activa por accidente mientras tecleamos.
Por otro lado, puede utilizarse junto con el Surface Pen, un stylus para facilitar la escritura o la realización de bocetos sobre la pantalla. Es ideal para usar con la app Microsoft Whiteboard.
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