El primer modelo de la familia MacBook Air de Apple, con pantalla de 15,3 pulgadas, ofrece un gran rendimiento en un chasis de sólo 1,15 cm de grosor y 1,51 kg de peso. Lo hemos probado
Tradicionalmente, los usuarios que han deseado un portátil de Apple con pantalla grande solo tenían una opción: adquirir un MacBook Pro. Esta decisión, sin embargo, implicaba dos cosas: afrontar un importante desembolso económico y adquirir un equipo que, al estar enfocado a perfiles profesionales, no era la alternativa más recomendable para el usuario medio. Ahora, esto ha cambiado gracias al protagonista de este análisis: el primer MacBook Air de 15,3 pulgadas de la firma de la manzana.
Con respecto a su hermano pequeño de 13,6 pulgadas, el único tamaño disponible hasta el momento, este incremento de pantalla permite lógicamente disfrutar de un área de visualización más amplia y espaciosa que se agradece al realizar cualquier tarea: navegar por Internet, ‘consumir’ contenidos multimedia, trabajar con una o dos ventanas a la vez… Además, es un panel que se ve muy bien y que reproduce los colores con viveza e intensidad. El MacBook Air de 15,6 pulgadas monta un panel Liquid Retina de 2.880 x 1.864 píxeles de resolución e integra True Tone: Apple acostumbra a utilizar esta tecnología no solo en sus portátiles, también en sus tablets y teléfonos, para aportar mayor naturalidad a las imágenes ajustando la intensidad y el color de la pantalla según la luz ambiental.
La webcam de 1080p para videoconferencias se ubica dentro de un ‘notch’ o módulo rectangular en la parte superior: este diseño resulta especialmente llamativo (sobre todo porque no te lo esperas) y lo único que se echa en falta es que no incorpore reconocimiento facial como sistema de seguridad biométrico. El único disponible es el lector de huellas (o Touch ID) integrado en la esquina superior derecha del teclado, que también es útil para la realización de compras online como medida de autenticación.
El rendimiento y la eficacia que asegura es indiscutible. Para ello, emplea el Apple M2, el mismo chipset que integra la versión de 13,6 pulgadas del MacBook Air y que incluye 8 núcleos CPU y 10 núcleos GPU; un procesador que destaca por su alta potencia y solvencia en la realización de cualquier tarea que ejecute, incluida la edición de fotografía y vídeo. La versión que hemos analizado se acompaña de una memoria de 16 GB y una unidad interna SSD de 512 GB. No obstante, el usuario puede elegir entre otros tres tamaños de memoria (8, 16 o 24 GB) y almacenamiento interno (256 GB, 1 TB o 2 TB) para escoger el dispositivo que mejor se adapte a sus necesidades y presupuesto. Como opta por un sistema de refrigeración pasiva que prescinde de cualquier ventilador resulta muy silencioso.
A nivel de conectividad, dispone de una toma de auriculares de 3,5 mm, dos puertos USB de clase C compatibles con Thunderbolt 4 y un puerto MagSafe 3 que es magnético y se emplea para cargar la batería. Este MacBook Air de 15,6 pulgadas viene con un adaptador de corriente de 35 W con dos puertos USB de tipo C: es necesario invertir unas dos horas y media aproximadamente para que la batería alcance el 100% de su capacidad. ¿Autonomía? Todo va a depender del uso más o menos intensivo que se realice del portátil, pero en condiciones normales es posible llegar a las 13 horas según nuestras pruebas, por lo que resulta un valor muy bueno (el fabricante promete hasta 18 horas).
La construcción es impecable y toda la estructura ha sido revestida con una carcasa de aluminio 100% reciclado. En este caso, cabe recordar que una de las señas de identidad de los MacBook Air de Apple es su diseño delgado y ligero, características que mantiene al alcanzar una altura de 1,15 cm y pesar 1,51 kg (en los desplazamientos se trasladar de forma cómoda y sin problemas). A nivel estético, como ya hizo la versión de 13,6 pulgadas que se presentó el año pasado, el equipo abandona el clásico diseño cuña de los MacBook Air para dar paso a un grosor uniforme en la línea de los MacBook Pro.
El teclado favorece que se escriba de manera rápida, mientras que el trackpad se controla perfectamente gracias a su amplísima superficie. A nivel de audio, sus seis altavoces (Apple los ha colocado en la bisagra que une la pantalla con el teclado) hacen un magnífico trabajo, por lo que el sonido se escucha alto, claro y potente favoreciendo así la experiencia multimedia.
