Permiten regular la intensidad o el brillo de la luz en función de la tarea que se vaya a realizar, por lo que favorecen la concentración y evitan la fatiga ocular.
La luz con la que se estudia o trabaja es determinante para conseguir un óptimo rendimiento. Una investigación llevada a cabo por la Universidad Antonio de Nebrija en 2021 ya lo constataba: la luz natural genera efectos positivos sobre la capacidad de aprender, mayor concentración y previene enfermedades. Además, beneficia a los estudiantes con un ritmo de aprendizaje más lento y mejora su estado emocional. El reto es conseguir esta luz aunque se esté dentro de casa. Las lámparas seleccionadas en este artículo lo consiguen: se caracterizan por incluir niveles y modos lumínicos adaptables a cada actividad (incluso algunas funcionan de forma automática) y por incorporar prestaciones inteligentes que ayudan a generar el ambiente idóneo para leer, escribir o trabajar con el ordenador.
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Diseñada para reducir las molestias oculares, monitoriza la luz natural de forma inteligente a través de un algoritmo por GPS que ajusta la temperatura de color y el brillo cada 60 segundos en función de la localización. Cuenta con cuatro modos de iluminación (luz potente de trabajo, luz indirecta, punto de luz y luz ambiental) y tanto el brazo como el cabezal se pueden transformar y adoptar formas diferentes para adaptarse a cada situación. A través de la aplicación Dyson Link también es posible regular la luz en función de la edad, la tarea, el estado de ánimo y la hora del día. Su estructura incorpora una base magnética con deslizamiento táctil y un cabezal óptico que se sella al brazo creando un brillo anaranjado.
Un modelo de doble cabezal LED ultraancho (78x24 cm) que alcanza una altura máxima de hasta 80 cm y resulta adecuada para escritorios con varios monitores. Además de incluir 5 niveles de luz regulables y 5 modos de color multiescena, dispone de un sensor de luz inteligente que fija el brillo automáticamente de acuerdo con la luz ambiental para lograr una iluminación óptima, sin sombras ni parpadeos. Añade función de memoria y temporizador.
Se caracteriza por un diseño aerodinámico realzado por una abrazadera que permite fijar la lámpara al escritorio con facilidad y sin ocupar espacio adicional. A su potencia de 2.500 lúmenes se suman cuatro configuraciones de brillo distintas (100%, 75%, 50% o 25%) adecuadas para múltiples tareas y ambientes.
Con un brazo largo giratorio fabricado en aluminio y un cabezal que dirige la luz en cualquier posición y ángulo, está capacitada para iluminar una amplia superficie de trabajo. Ofrece tres modos de color y diferentes intensidades de brillo, memorizando los últimos ajustes de iluminación. Además, su tecnología Eye-Care evita las sombras, los reflejos o parpadeos molestos. También incorpora un cargador inalámbrico Qi para alimentar la batería de los dispositivos compatibles.
Sus 52 LEDs generan una luz suave y sin sombras, lo que evita la fatiga ocular causada por la iluminación parpadeante y el deslumbramiento intenso. Está provista también de 10 niveles de brillo y de 5 modos de iluminación que se adecúan a diferentes actividades y de una función de memoria que detecta automáticamente la configuración inicial y vuelve a ella cada vez que se enciende. Asimismo, está fabricada sin plomo ni mercurio y cuenta con un disipador de calor de aleación de aluminio que asegura 5.000 horas de vida útil.
Proporciona una cobertura de 1,2 m2 con una iluminación máxima de 700 lúmenes y destaca por sus diferentes opciones para adaptar el brillo y la temperatura de color a cada actividad. Presenta dos modos de iluminación: enfoque, en el que se establece un tiempo en el que se estará trabajando o estudiando y un tiempo de ‘descanso’ para que la lámpara se apague durante ese periodo; y lectura, que emite una temperatura del color más neutral para ayudar a mantener la atención durante un largo periodo de tiempo sin cansarse. Los perfiles de cada modo y otras funciones se controlan a través de la app Mi Smart Home.
