Los niños nacidos en la actualidad tendrán la mayor huella digital de la historia. Y es que un menor nacido en Reino Unido habrá aparecido en 70.000 publicaciones antes de cumplir los 18 años, según un informe realizado por el Comisionado de la Infancia de Inglaterra en el año 2018. Esto se traduce en una gran cantidad de datos compartidos y almacenados en la Red sobre los menores. ESET ha analizado las principales amenazas a las que los menores se pueden enfrentar cuando se comparten sus fotografías en Internet.
1. Tu foto no te pertenece
Cada vez que publicas una foto en las redes sociales de tu hijo, esa imagen deja de ser exclusivamente tuya. Los términos y condiciones de estas plataformas suelen establecer que en el momento en que se sube una imagen a su servidor son libres de utilizarla sin consentimiento. Aunque conservas los derechos de autor de la imagen, la plataforma (cuyos servidores alojan la imagen) es la propietaria de la licencia. O lo que es lo mismo: la red social está autorizada a utilizar la imagen de la forma que considere oportuna.
2. ¿Identidad del bebé? Mi identidad
Compartir la información o las imágenes de tus hijos en Internet puede dar lugar a un robo de identidad. Por ejemplo: la publicación de una ecografía, con información sensible, expone al niño a riesgos incluso antes de nacer ya que en la misma se puede ver su nombre, su fecha de nacimiento o su ubicación. Con unos pocos clics, un delincuente puede descubrir la información personal de los padres. Si, además de esto, tenemos en cuenta las filtraciones de datos y los números de la seguridad social disponibles en la ‘Dark web’, resulta muy fácil llevar a cabo el robo de identidad de un menor pidiendo una cantidad económica por ello.
3. Los metadatos lo dicen todo
Las redes sociales no son responsables de eliminar los metadatos de tus imágenes, es decir, la ubicación, el tipo de dispositivo utilizado para tomar la foto… Con ello, un ciberdelincuente (incluso con poca experiencia) puede obtener esta información muy fácilmente para localizar al pequeño, saber a qué colegio va, dónde vive, a qué actividades extraescolares asiste y dónde.
4. Atraer a personas equivocadas
Hay que evitar publicar fotos de bebés desnudos en Internet. Incluso una inocente foto haciendo sus necesidades, o un niño corriendo desnudo por el jardín, puede atraer a la gente equivocada, y la foto del pequeño puede acabar en manos malintencionadas.
5. Publicar con permiso
Pedir permiso a tus hijos para publicar sus imágenes, o cualquier cosa sobre ellas, en tus redes sociales les hace partícipes de la decisión, además de hacerles conscientes de las consecuencias de su publicación, tanto positivas como negativas. En caso de publicar una foto del menor con otro niño, hay que pedir también su permiso o el de sus padres o tutores legales. En Francia, si publicas una foto de tu hijo en Internet y éste se opone, los adultos pueden enfrentarse a una multa de 45.000 euros o a una pena de cárcel.
6. Reforzar los malos hábitos
Publicar cada momento de la vida de un menor puede reforzar los malos hábitos y crear la falsa realidad de que compartir todo online está bien y es inofensivo. Hay que asegurarse de enseñar a los pequeños a utilizar las redes sociales y los espacios online de forma segura y responsable.