‘Tu privacidad es importante para nosotros’. Este mensaje, que suele aparecer de forma emergente en la parte inferior de una página web cuando se visita por primera vez, es la carta de presentación de las cookies: pequeños fragmentos de texto que almacenan en nuestro ordenador (y otros dispositivos) los sitios webs que visitamos con el fin de recordar nuestros gustos y búsquedas. ¿Un ejemplo? El idioma de preferencia o las búsquedas que se han realizado previamente.
Aunque la regulación de estas cookies se viene haciendo desde el año 2002 a través de una directiva europea apodada como la ‘ley de cookies’, en España se comenzó a aplicar en 2012, cuando se estableció la obligación de contar con el consentimiento expreso del usuario respecto al uso de sus datos. En 2020, la directiva se renovó y fue un paso más allá: ahora es obligatorio que el consentimiento del usuario sea previo, informado y voluntario, es decir, se debe informar de qué cookies se usan en la página, qué fines tienen, cómo se tratarán sus datos y quiénes lo harán. También se ha prohibido hacer uso de la modalidad de ‘seguir navegando’ para aceptar las cookies. Ahora bien, ¿sabemos qué tipos de cookies existen y qué ocurre si no se aceptan?
Tipos de cookies
Existen muchos tipos de cookies y cada una de ellas tiene una finalidad en concreto. La ‘Guía sobre el uso de las cookies’ de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) hace la siguiente distinción:
- Por la entidad que las gestione.
- Propias. Son las que utiliza una página web y que han sido diseñadas por la misma.
- De terceros. Relativas a otras empresas que acuerdan con la página web que también se instalen en el ordenador del usuario cuando se accede a ella.
- Por la finalidad.
- Técnicas. También conocidas como necesarias, son las cookies que permiten al usuario la navegación a través de una página web, es decir, este tipo de cookies no pueden desactivarse. Con ellas se puede controlar el tráfico a la web, identificar la sesión o realizar acciones como el proceso de compra de un pedido, gestionar un pago o realizar una solicitud de inscripción, entre otros.
- De preferencias o personalización. Permiten recordar información para que el usuario acceda al servicio con determinadas características y, de este modo, diferenciar su experiencia de la de otros usuarios: el idioma, el número de resultados a mostrar cuando realiza una búsqueda, el aspecto o contenido del servicio en función del tipo de navegador o de la región desde la que accede al servicio…
- De análisis. Con ellas, el sitio web puede hacer un seguimiento de todo lo que ha hecho el usuario: los lugares en los que ha hecho más clics o incluso si el proceso de compra no se ha llegado a realizar.
- De publicidad comportamental. Almacenan información del comportamiento de los usuarios a través de la observación continuada de sus hábitos de navegación. Así, se puede realizar un perfil específico para mostrar publicidad relacionada con dichos hábitos.
- Por el plazo de tiempo que estén activadas.
- De sesión. Son aquellas diseñadas para recabar y almacenar datos mientras el usuario accede a una página web. Se suelen emplear para almacenar información que solo interesa conservar para la prestación del servicio solicitado por el usuario en una única ocasión (por ejemplo, una lista de productos adquiridos) y desaparecen al terminar la sesión.
- Persistentes. Con ellas los datos siguen almacenados en el terminal y pueden ser tratados durante un periodo definido por el responsable de la cookie. Ese periodo va desde unos minutos hasta incluso varios años.
¿Qué ocurre si desactivamos las cookies?
Aunque algunos tipos de cookies (las técnicas) no se pueden rechazar, ya que no se podría acceder a la página en cuestión, el resto pueden desactivarse a través de dos vías: mediante el mensaje emergente que aparece cuando entramos a una página web o en el dispositivo. En este caso, se hace a través del propio navegador, con lo que se eliminan todos los inicios de sesión de todos los lugares en los que se han guardado los datos previamente.
De esta manera, el sitio web no podrá recopilar información relacionada con los gustos personales del usuario, ni registrar lo que se está haciendo en la web ni tampoco se guardarán las preferencias (de idioma, moneda, por ejemplo) si se vuelve a entrar posteriormente en el mismo lugar.