Aunque ChatGPT fue la primera Inteligencia Artificial de tipo generativo en llegar al gran público, actualmente hay multitud de alternativas, tanto en lo que se refiere a la creación de textos como de imágenes y otros recursos multimedia. Una de las más recientes y con más potencial es Bard, la propuesta de Google, que combina funciones lingüísticas y de conversación para responder cualquier pregunta de forma natural. Y a diferencia de la versión gratuita de ChatGPT, está siempre conectada a Internet. ¿Qué significa esto? Pues que obtiene la información directamente de la red y la usa para crear respuestas con datos actualizados.
“Bard toma información de Internet y la emplea para ofrecer respuestas actuales y de alta calidad. Puede servir para saciar la curiosidad o para dar rienda suelta a la creatividad. Puede emplearse para explicarle a un niño de 9 años los últimos descubrimientos del telescopio espacial James Webb o para aprender cosas sobre los mejores goleadores del panorama futbolístico actual y crear después rutinas de entrenamiento que te ayuden a mejorar tus habilidades”, explicaba Sundar Pichai, su consejero delegado, en el comunicado en el que presentaba la herramienta.
Para utilizarla, solo hay que acceder con la cuenta de usuario de Google a bard.google.com y comenzar a hacerle preguntas. Los únicos requisitos son ser mayor de edad y no realizar consultas con un lenguaje que resulte ofensivo.
Sus aplicaciones educativas
¿Cuáles son exactamente las aplicaciones educativas de esta IA? Para los estudiantes es una fuente más de documentación, ofrece ideas para desarrollar posteriormente en sus trabajos y facilita ejercicios con los que poner a prueba sus conocimientos o repasar antes de un examen, por poner algunos ejemplos.
Pero también tiene amplios beneficios en el caso de los docentes, ya que integrar este tipo de herramientas en su labor les puede ser de gran ayuda en muchas de sus tareas diarias: desde automatizar procesos hasta preparar presentaciones o vídeos partiendo de un texto y unas imágenes o realizar resúmenes de documentos y artículos. Además, tiene potencial para ayudar a proponer ejercicios en función de la temática y nivel, realizar informes de progresión individualizados… Incluso es posible emplearla para crear herramientas de evaluación automatizadas o corregir textos en función de distintos criterios.
El futuro de Bard
Hasta ahora, la IA Bard está operativa en 230 países y en más de 40 idiomas.Sin embargo, todavía existen ciertas restricciones, especialmente relacionadas con la regulación del uso de esta tecnología en materia de privacidad, algo que también ha afectado a su lanzamiento en la Unión Europea.
Aunque por el momento se trata de un servicio independiente, Google tiene previsto que en el futuro su buscador cuente con funciones asistidas por IA capaces de procesar información completa desde múltiples perspectivas y presentarla en formatos sencillos de asimilar. La finalidad es obtener datos más profundos en las búsquedas y comprender toda esa información de manera más útil y eficaz; porque al trabajar con inteligencia artificial el sistema se ’esfuerza’ para crear las respuestas más adecuadas y contestar de manera completamente distinta ante cada pregunta, como lo haría una persona. Además, Bard se integrará también en otras herramientas del ecosistema Google como Gmail o Docs, facilitando la redacción de correos electrónicos y la elaboración de textos.