Los puzles son un juego tradicional que ha acompañado a muchas generaciones a lo largo de la historia como una alternativa de entretenimiento.
Pero, más allá de sus capacidades para acabar con el aburrimiento, los puzles son también una herramienta idónea para ejercitar la memoria y mejorar la concentración. Sus beneficios para los estudiantes no acaban ahí:
- Sirven para mejorar la motricidad fina de las manos y los dedos debido a que se necesita manipular cada pieza para lograr encajarla en el lugar adecuado.
- Aumenta la autoestima: conseguir un reto es algo que hace que aumente la confianza en uno mismo y motive para sentirse capaz de realizar con éxito otras actividades.
- Son un buen compañero de la concentración: los jugadores observan y exploran todos los objetos que tienen a su alrededor. Comienzan a pensar de forma lógica dónde puede encajar cada pieza, una actividad que requiere toda su atención y, por tanto, máxima concentración.
- Aprenden a autocontrolarse y a reflexionar antes de actuar: si toman una mala decisión, no lograrán resolver el puzle y, además, podrán romper las piezas. Es por ello que tienen que pensar muy bien dónde puede ir colocada cada pieza, lo que requiere paciencia y control sobre sus propios impulsos.
- Mejoran el razonamiento perceptivo y las habilidades matemáticas, ya que les ayuda a planear cuál puede ser el lugar más adecuado para cada pieza y, por tanto, desarrollan la capacidad para crear estrategias mentales.
Como no todos los alumnos tienen las mismas habilidades, es de vital importancia elegir el puzle adecuado a cada nivel de aprendizaje. Recopilamos algunos ejemplos.
Yorbay Alfombra puzle para niños (hasta dos años)
Esta alfombra es un clásico de los puzles y su principal característica es que ayuda a que los bebés comiencen a coordinar colores y formas, así como para que aprendan a diferenciar los números y las letras. Está compuesta por seis colores, 26 letras y diez números.
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Puzles infantiles de madera (hasta dos años)
Los puzles con piezas grandes y con agarres de madera para facilitar su resolución son ideales para los niños que están empezando a descubrir el mundo. Ayuda a estimular la imaginación del pequeño, ya que tendrá que averiguar dónde va encajada cada pieza.
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Puzle de Peppa Pig (3-4 años)
Un juego perfecto para ir avanzando en complejidad ya que posee piezas muy grandes que lo hacen accesible a los niños que están descubriendo el mundo. Cada personaje está compuesto por entre dos y cinco piezas siendo, por lo tanto, un juego perfecto para iniciarse en el mundo de los puzles.
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Maleta con puzles progresivos de Disney (3-4 años)
Un kit que contiene cuatro puzles con distintos niveles de dificultad. En concreto, con 12, 16, 20 y 25 piezas. Cada uno de ellos tiene el dibujo de un personaje de Disney distinto.
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Puzle de la Película Coco (a partir de seis años)
Un puzle de 104 piezas para mejorar la concentración y la atención. Está enfocado a aquellos niños que tienen unos conocimientos mínimos y, por tanto, están capacitados para armar puzles un poco más elaborados (por supuesto, con la ayuda de los papás o los profesores si fuese necesario).