Aunque las vacaciones suelen ser sinónimo de ejercicio y práctica deportiva por el mayor tiempo tiempo disponible y el buen tiempo, estos juegos están pensados para ejercitarse aún más.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una hora de ejercicio físico moderado diario para niños de entre 5 y 17 años y, además, comenta que incrementar el tiempo dedicado aporta beneficios para la salud. Durante el curso escolar, esta hora se cumple ya que los pequeños tienen diferentes sesiones de Educación Física pero, ¿qué pasa en verano? Estos juegos pueden aprovecharse para practicar deporte. Además, son perfectos para utilizar en el aula una vez que empiece el cole. ¿Te los apuntas?
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La protagonista de este juego es una bola del tamaño de una pelota diseñada para albergar un globo de agua en su interior y provista de un temporizador que se encarga de explotar el globo cuando el tiempo termina. El agua sale por las ranuras de la bola, mojando a la persona que la tenga en las manos en ese momento. Para evitarlo, tiene que pasarla rápidamente al resto de compañeros. Es un juego ideal para trabajar el movimiento y los reflejos y también se le puede dar un toque educativo. Por ejemplo, si se pide responder a una pregunta relacionada con los contenidos trabajados durante el curso o resolver una operación matemática antes de pasar la pelota
Los dos elementos principales de este título son un enorme tapiz de casi dos metros cuadrados que se sitúa en el suelo y por el que los jugadores tendrán que moverse y moldes de plastilina para crear divertidas cacas. La persona a la que le toque turno deberá colocarse una venda en los ojos, hacer girar una ruleta y caminar por la pista dando todos los pasos que le indique la ruleta. Pero, el camino no será fácil: tendrá que ir esquivando las cacas que los demás jugadores habrán colocado de forma estratégica a lo largo del tapiz. Ganará aquél que menos cacas consiga pisar.
Está formado por una docena de huevos (de juguete) y dos dados con dibujos: uno indica las acciones a realizar y, el otro, el lugar en el que se colocará el huevo mientras se llevan a cabo cada una de ellas. El jugador, que lanzará los dos dados a la vez, tendrá que, por ejemplo, dar una vuelta a la mesa mientras sostiene el huevo con la boca o dar un salto grande mientras lo lleva en la cabeza. Ganará aquella persona a la que se le caigan menos veces.
El objetivo principal es representar una función de baile cuyos pasos los decidirán los dos tipos de cartas que lo componen: en una de las series se muestra la parte superior de una bailarina realizando una posición de ballet y, en la otra, la mitad inferior. En su turno, cada persona volteará una carta de cada tipo que, juntas, formarán la imagen de una bailarina completa cuya posición tendrán que imitar. En los turnos siguientes, los jugadores deberán elegir una nueva e ir imitando de memoria todas las anteriores hasta conseguir una coreografía completa.
En este juego de equilibrio, los jugadores deberán ir siguiendo las indicaciones de una ruleta en la que se establece en qué color debe colocarse cada mano y cada pie sobre el tablero. Lo gracioso es que cada persona deberá ingeniárselas para conseguir llegar a su objetivo, aunque haya otros jugadores ya colocados sobre el tablero. ¿Qué pasará cuando no queden más huecos libres por donde pasar los brazos y las piernas? ¡Tendrán que entrelazarse entre ellos y trabajar mucho la elasticidad!
