La palabra motivación proviene del latín, concretamente de los vocablos motivus o motus, y que vendría a significar algo así como “causa del movimiento”. Los docentes sois en gran parte los autores de ese poderoso impulso en los alumnos, esa revolución que los acerca al conocimiento y al aprendizaje. A continuación, quiero compartir con vosotros ideas para motivar a los alumnos al inicio de curso. Escoged aquellas que os gusten y podáis adaptar a vuestra forma de ser y de ver el mundo. ¿Os atrevéis a inventar las vuestras propias?
Una fiesta de inicio de curso
Me encanta pensar en el inicio del curso escolar como en una semilla recién plantada, una semilla que tiene por delante un gran proyecto entre manos: crecer y dar frutos. Es para mí la mejor metáfora de algo que comienza y que puede traer consigo grandes beneficios.
Entonces, ¿por qué no nos planteamos este inicio como la celebración de todo eso? Os propongo organizar una sencilla fiesta que gire entorno a estos valores. Cread un gran mural con los propósitos para el nuevo curso, tanto de los profesores como de los estudiantes. Lo podéis hacer digital (con aplicaciones como Glogster o Mural.ly...) y así, además de conservarlo más fácilmente, os resultará más sencillo difundirlo entre vuestra comunidad educativa.
Aprovechad e implicad a las familias en esta celebración. Es necesario darles protagonismo desde el inicio para que esta motivación que queréis transmitir llegue doblemente a vuestros alumnos.
La mascota, una decisión conjunta
Solemos olvidar que algo clave para motivar a nuestros estudiantes es hacerlos partícipes del aprendizaje y del día a día en la escuela. Por eso, si este año tenéis previsto comprar una mascota para la clase, os sugiero que planteéis la situación en clase.
Haced conjuntamente una lista de los animales que les gustaría tener y, a continuación, elaborad un listado con los pros y contras que podría tener cuidar de cada una de estas mascotas en el aula. Negociad y estableced una dinámica de votaciones para seleccionar el animal que, por las circunstancias del aula y las personas que la conforman, se puede adaptar mejor.
Con esta simple acción, que únicamente supone cederles un poco de espacio para decidir, estáis incentivando el pensamiento crítico de vuestros alumnos, su capacidad para tomar decisiones, su empatía, su sentido de la responsabilidad, y su habilidad para negociar y ponerse de acuerdo con otras personas.
Todos servimos para algo (autoconocimiento y autoestima)
Os sugiero una actividad para promover el autoconocimiento de vuestros alumnos y su papel dentro del grupo-clase. Colocad un folio en la espalda de todos los niños, y pedid vayan moviéndose por la clase y escribiendo en papel de sus compañeros aquellas cosas que valoran de ellos, aquello que saben hacer bien y sus mejores cualidades en el trato con los demás. Por ejemplo: “Es muy amable, siempre responde bien cuando se le pide algo”, “sabe mejor que nadie resolver problemas de matemáticas”, “sabe jugar muy bien a fútbol”, “canta bien”…
A continuación, después de ver los comentarios que cada niño ha recibido, pedidles que piensen en qué podrían ayudar a los demás y qué podrían ofrecer por sus compañeros. Decid a los demás que valoren esas propuestas que los compañeros hacen y que les den su opinión.
Por ejemplo, el niño que sabe jugar muy bien al fútbol, podría enseñar a los que estén interesados algunas técnicas durante la hora del patio. O, por el contrario, el niño que sabe resolver problemas de matemáticas, podría sentarse con algún alumno que le cuesta esta materia.
No tienen por qué resultar propuestas demasiado firmes en un principio o que se prolonguen mucho en el tiempo, pero si que es interesante que estas dinámicas sirvan para trabajar la cohesión del grupo y potenciar la autoestima de los alumnos. Si hace muy poco que nuestros estudiantes se han conocido, es preferible retrasar la actividad y hacerla un poquito más adelante.
Un cofre misterioso
Durante el inicio de curso, no tenemos tiempo ni recursos para decorar demasiado el aula; pero os animo a que no os deis por vencidos y que incluyáis los primeros días un objeto misterioso que dé un poco de color al aula vacía.
Os recomiendo que escojáis un cofre o un maletín antiguo. Es muy importante que inventéis para este objeto una buena historia. ¿Lo olvidó un detective durante las vacaciones en una estación abandonada?, ¿lo había traído la marea a una playa desierta? Haced conjuntamente elucubraciones respecto a quién podría pertenecer y qué podría contener en su interior.
Aprovechad la curiosidad que habéis suscitado en los niños para desvelarles, con la apertura del maletín o cofre, alguna noticia interesante sobre el nuevo curso: quizás vais a hacer una excursión a la playa, o vais a ver cómo trabajan los detectives, o vais a visitar una fábrica de maletas, etcétera.
Actividades como estas captan el interés de nuestros alumnos e incentivan su motivación; por eso son ideales para el inicio de curso. Sin embargo, pueden adaptarse y realizarse a lo largo de todo el curso escolar.
Exvelente informacion, gracias
Me había parecido muy bien hasta que lei lo de "comprar una mascota" Lo de "adoptar una mascota" creeme que habría sido mucho mejor.
"Comprar una mascota para la clase". Se refiere a comprar un peluche, no hay que ser muy listo para darse cuenta...