Desarrollar la capacidad de establecer metas, planificar estrategias, evaluar el proceso de aprendizaje, fomentar el pensamiento crítico o mejorar la comprensión de los contenidos. Son muchos los beneficios que obtienen los estudiantes cuando ponen en práctica la metacognición; también conocida como la capacidad para reflexionar. Compartimos a continuación las estrategias que el profesorado puede utilizar para fomentarla entre su alumnado.
Diarios de aprendizaje o reflexión
Escribir los pensamientos, los sentimientos y las experiencias relacionadas con el aprendizaje ayuda a que los estudiantes reflexionen sobre los desafíos y los progresos que consiguen; también a tomar conciencia de sus procesos de pensamiento. Se hace en los conocidos como diarios de reflexión, que se pueden utilizar en diferentes momentos del proceso de aprendizaje: al inicio de un contenido para establecer objetivos, mientras se imparte para medir los diferentes aspectos relacionados con el progreso o al final para analizar los resultados obtenidos.
Rúbricas de autoevaluación
Evaluar el propio desempeño ayuda a que los estudiantes analicen de manera crítica su trabajo y conozcan sus habilidades en las distintas áreas. Además, fomenta la capacidad de reflexionar sobre el propio aprendizaje. Es conveniente que la rúbrica se entregue al alumnado antes de comenzar el proyecto o tarea y que cuente con una columna vertical que contemple los criterios de evaluación de dicho proyecto o tarea, y otra horizontal, con los grados de calidad de esos criterios.
Técnicas de pensamiento en voz alta
Cuando el alumnado verbaliza sus pensamientos en voz alta desarrolla habilidades metacognitivas para comprender y controlar su propio proceso de pensamiento. Este ejercicio les ayuda a ser más conscientes de las estrategias que utilizan para aprender, permitiéndoles mejorarlas o adaptarlas según sea necesario y regular su aprendizaje de forma más efectiva.
Tickets de salida
Las actividades de cierre al final de una clase fomentan que los estudiantes reflexionen sobre su aprendizaje y evalúen la comprensión de los contenidos a través de preguntas específicas. El profesorado puede personalizarlas según estos contenidos o los objetivos del día como por ejemplo ¿qué he aprendido hoy? o ¿qué estrategias he utilizado para entenderlo? A su vez, las respuestas son útiles para asegurarse cuál es el nivel de compresión del alumnado y hacer las modificaciones que considere necesarias.
Cuenta regresiva
Al darse cuenta que tienen menos tiempo disponible para completar sus actividades, los estudiantes son más conscientes de la necesidad de planificar y de gestionar adecuadamente sus tareas. Por este motivo, el uso de cuentas regresivas en sus trabajos les ayuda a pensar y a reflexionar sobre lo que es necesario priorizar así como evaluar los resultados obtenidos. De este modo en el futuro tendrán más claro los métodos que más les han ayudado y los que podrían mejorarse.