Un globo que ‘come’ confeti, un anillo volador o burbujas que se mueven son algunos de los experimentos que los estudiantes pueden realizar para aprender sobre este fenómeno físico de forma divertida.
Los chispazos que se producen cuando se tocan ciertos objetos, que el pelo se levante… Estos son algunos de los efectos de la electricidad estática, un fenómeno que se enmarca dentro de la física, más concretamente en la rama de la electrostática, y tiene una explicación: se produce por el desequilibrio entre las cargas eléctricas. El alumnado puede descubrir sus causas y efectos de forma práctica y divertida con estos experimentos.
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Seguro que tu alumnado se lleva una sorpresa al ver un globo ‘comiendo’ confeti. Y crearlo es muy fácil: tras inflarlo, se le dibuja una boca y se frota con un jersey. Con esto lo que se consigue es cargarlo de electrones con carga negativa y que, por lo tanto, atraiga todo aquello que tenga una carga positiva; en este caso los papeles de colores esparcidos por la mesa.
Este experimento enseña a los estudiantes a mover una cerilla sin tocarla. Se coloca una moneda encima de otra junto con una cerilla y se tapa con un vaso. A continuación, un estudiante voluntario debe frotar un globo sobre su pelo y después acercarlo hacia el vaso: la cerilla se moverá imitando el movimiento de una veleta.
El alumnado tiene que poner una bolsa sobre una mesa, doblarla cuatro veces y recortar los extremos para formar el anillo de plástico. Y ahora, ¿cómo se consigue que vuele? Primero hay que frotar el anillo y el globo inflado con alguna prenda de lana o con el cabello para después juntarlos. De este modo es posible comprobar cómo se repelen a consecuencia de la electricidad estática; de ahí que la sensación sea que el anillo levita.
Por un lado se mezcla en un plato sal y pimienta y, por otro, se frota un peine de plástico durante 10 segundos con un globo para darle carga negativa. Así, al acercar el globo a la mezcla de especias la pimienta ‘saltará’ y quedará adherida a él. Si bien la sal también está cargada positivamente, las partículas de pimienta son más finas y son atraídas de manera más rápida.
Hay que verter un poco de jabón en agua y removerlo, cogiendo parte de la mezcla con una pajita y extendiéndolo sobre la superficie de un portafolio para luego soplar y formar las burbujas. Se hacen dos pruebas: acercar un globo ‘tal cual’ y hacerlo tras haberlo frotado con alguna prenda de lana. En la primera prueba se observa que las burbujas no se mueven y en la segunda sí.
