Si tenemos un objeto en la mano y lo soltamos, caerá al suelo; así es como funciona la gravedad y como todos esperamos que lo haga. Pero hay excepciones: factores como la presión atmosférica pueden influir en su comportamiento. Para explicar al alumnado en qué consiste este fenómeno y cuándo se comporta de forma diferente a lo esperado hemos seleccionado estos experimentos.
La rueda que desafía la gravedad
Una rueda colocada en una rampa siempre se mueve hacia abajo debido al efecto de la gravedad. Sin embargo, a través del principio de la física que explica el centro de gravedad, es posible hacer que la rueda suba la rampa si colocamos un objeto dentro de ella que actúe como contrapeso.
Desafío a la gravedad
Se tapa un vaso lleno de agua con una cartulina y se le da la vuelta; como por arte de magia, el líquido no se cae. Esto en realidad sucede por la fuerza que ejerce la presión atmosférica: aunque el agua es atraída hacia abajo, el aire situado debajo hace fuerza hacia arriba y sostiene la cartulina.
Un experimento que burla a la gravedad
Un cono doble colocado en la parte inferior de una rampa se desplaza hacia el extremo opuesto, que está más alto. El motivo es que la figura tiene un ángulo más pronunciado que la rampa, lo que hace que su centro baje mientras avanza.
A la caza de la gravedad
Este experimento muestra cómo construir un orbitador (objeto que actúa como nave espacial) para explicar el movimiento de los planetas. Un globo de agua representa el Sol y otro más pequeño la Tierra; ambos van unidos por una cuerda para comprobar que, al hacerlos orbitar, la gravedad del primero afecta a la trayectoria del segundo. Como el Sol es más grande atrae al globo que representa la Tierra y le hace moverse manteniendo siempre así su posición al igual que ocurre en el sistema solar. El vídeo también muestra qué pasaría en el caso de ponerlo en práctica con otros planetas más pequeños como Mercurio.
Desafiando la gravedad
El principio de los vasos comunicantes explica que si dos recipientes están comunicados (por ejemplo, a través de una pajita ) y se les añade líquido, este se distribuye entre ambos por igual independientemente de su tamaño, forma o volumen. Esto ocurre por el empuje que realiza la presión atmosférica; si los recipientes se colocan a diferente altura, la gravedad influye y el líquido cae en el vaso que está menos elevado.