¿Sabías que la primera autora conocida de la historia fue una mujer? Se trata de la sacerdotisa acadia Enheduanna, hija del Rey Sargón I de Acad, que vivió en la región de Sumeria en el siglo 3 a.C. aproximadamente. ¿Y que la primera gran novela fue publicada por la japonesa Murasaki Shikibu en el siglo XI? Son sólo dos ejemplos que colocan a la mujer en una posición de peso en la historia de las letras demostrando que, pese a la creencia popular, tenían sobrada capacidad para el trabajo intelectual. Entonces, ¿por qué han aparecido escritoras con seudónimo masculino a lo largo de la historia?
La razón es el establecimiento de una sociedad centrada en la figura masculina y que relegó a la mujer a un segundo plano. Pero ellas siguieron creando, aunque tuvieran que esconderse tras el anonimato o nombres de varones para que sus obras fueran publicadas. Estas son algunas de las escritoras con seudónimo masculino que se pueden presentar ante al alumnado para profundizar tanto en su obra como en el papel de la mujer en la literatura.
Las hermanas Brontë
Charlotte, Emily y Anne Brontë fueron tres hermanas británicas autoras de algunos de los títulos clásicos de la literatura. Pero para que sus textos vieran la luz, estas escritoras emplearon seudónimos masculinos: Currer, Ellis y Acton Bell, respectivamente, fueron los nombres elegidos para ocultar sus identidades, eso sí, respetando la relación de hermandad y las iniciales que identifican a cada una de las hermanas. Sus obras más famosas son ‘Jane Eyre’, de Charlotte, ‘Cumbres Borrascosas’ de Emily y ‘Agnes Grey’ de Anne.
Amantine Dupin
Tras el seudónimo George Sand se escondía esta baronesa francesa apasionada por la cultura. ¡Incluso se vestía con ropa de hombre para poder tener acceso a ciertos lugares en los que la presencia de una dama no estaba permitida! Y esta práctica le costó la pérdida de algunos de sus derechos sociales como noble. Entre su círculo de amigos se encontraban otros notables de la cultura como el compositor Franz Liszt, el pintor Eugène Delacroix y el escritor Heinrich Heine, así como Victor Hugo, Honoré de Balzac, Julio Verne y Gustave Flaubert. ‘El Marqués de Villemer’ es una de sus obras más conocidas.
Mary Anne Evans
Esta británica fue una de las escritoras con seudónimo masculino que firmó así sus obras para que su trabajo fuera tomado en serio. De esta manera surgió George Eliot, el seudónimo que figuraba en títulos como ‘Middlemarch’ y ‘El molino del Floss’, consideradas las mejores obras de la escritora.
Cecilia Böhl de Faber y Ruiz de Larrea
“Gustóme ese nombre por su sabor antiguo y caballeresco, y sin titubear un momento lo envié a Madrid, trocando para el público, modestas faldas de Cecilia por los castizos calzones de Fernán Caballero”. Con estas palabras reconocía esta escritora el empleo de su seudónimo para publicar sus obras. Entre sus títulos más destacados se encuentra ‘Clemencia’.
Jane Austen
La famosa autora británica no firmó ninguna de sus obras en vida, aunque sí las publicó. De hecho, las portadas de novelas como ‘Orgullo y prejuicio’ o ‘Sentido y sensibilidad’ estaban únicamente firmadas como “Escrito por una dama”, y bajo este anonimato se ocultó durante toda su vida. Al haber vendido su obra y ceder sus derechos, nunca llegó a recibir las ganancias generadas por la venta de sus libros.
Excelente estudio, concreto e ilustrativo.