Cómo afrontar (emocionalmente) las reuniones con las familias para que sean un éxito

Colocar en el centro al estudiante abordando sus esfuerzos y agradecer la asistencia de las familias son algunos de los consejos que ofrece la psicóloga y educadora Begoña Ruiz para afrontar con éxito una reunión escolar con las familias.

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Reuniones Escolares

Las reuniones escolares son una forma de participación y colaboración de las familias con la escuela. Pero, en ocasiones, son fuente de estrés tanto para ellas como para el profesorado por motivos tan diversos como la falta de tiempo, horarios complicados, cierta inseguridad en las habilidades comunicativas o una visión diferente de los límites en las competencias que afectan a cada parte. Todo esto puede hacer que surjan conflictos, que las reuniones no resulten eficaces o acaben con una sensación agridulce. Por ello, es interesante prepararlas con antelación y plantearlas teniendo en cuenta algunos aspectos que ayudan a crear un clima de seguridad. 

  • Escuchar las emociones. Hay que tener en cuenta con qué emociones parten los docentes: algunas no ayudarán y habrá que tratar de pensar (y sentir) de forma posibilitadora. Asimismo, las familias también pueden venir con emociones desagradables como el miedo, el enfado, el rechazo, la culpa… Y es necesario crear un clima que facilite rebajarlas o que den paso a otras. El psicólogo Roberto Aguado señala la importancia de partir de una posición emocional basada en la curiosidad, la admiración, la seguridad y la alegría (C.A.S.A) para el proceso de acogida de familiares en reuniones.
  • Preparar el espacio. Es importante que la reunión se lleve a cabo en un lugar amplio, con buena temperatura y luz, asientos cómodos, que se encuentre dentro (o cerca) de la dinámica de sus hijos e, incluso que esté algo decorado, por ejemplo, con plantas.
  • Recibimiento. Es fundamental esperar y recibir a las familias en la entrada del colegio. Si no es posible, también se puede delegar en alguien para que le oriente por el centro. Una vez en la sala, también resulta agradable ofrecer algo de beber (agua, café, una infusión). Tal y como destaca la experta en Entornos Seguros Pepa Horno, la comida y bebida cuentan con un valor afectivo que genera cercanía.
  • Agradecer la asistencia. Tanto al comienzo de la reunión como al final: por su participación, por las preguntas, por la sinceridad, por las propuestas…
Reunión Escolar
  • Incluir una fase de encuadre social inicial. En la primera parte es importante presentarse, contar los objetivos del centro, cómo se trabaja en el mismo, además de conectar con el momento actual-social, la etapa, gustos, aficiones o contar algunas anécdotas positivas de los niños.
  • Abordar los elementos positivos de los estudiantes. Los esfuerzos, los logros y las competencias del alumnado. También se puede invitar a las familias a que cuenten cosas buenas de sus hijos (y que el profesorado desconoce).
  • Plantear las dificultades desde la asertividad emocional. No es necesario hablar de ‘problemas’ de los estudiantes; es mejor hacerlo de capacidades, competencias o motivación. También se les puede preguntar qué cuestiones consideran importantes a reforzar.
Reuniones Escolares
  • Enfocarse en las soluciones, la ayuda, los planes… juntos. Por ejemplo, es útil preguntar a las familias qué les resulta exitoso en casa. Después, explicar qué es lo que se considera como ‘éxito’ en el centro y poner en común ambas posturas.
  • No transmitir un juicio negativo de la familia. Tampoco entrar en ‘luchas’ de quién sabe más del estudiante o es mejor autoridad. Se deben mostrar diferentes planteamientos desde la intención de querer ayudar al alumnado, la experiencia, el recorrido…
  • Cooperar. Hay que generar cooperación entre ambas partes y para ello es el docente el que tiene que llevar la ‘batuta’ de la reunión.  Es importante sacar temas, resumir, dividir cuestiones, focalizar, reconectar, posponer… Esto no quiere decir que las familias no puedan participar. Es fundamental que lo hagan y se practique la escucha empática
  • Cierre de la reunión. Al finalizar resulta esencial hacer un resumen que recoja distintas tareas, cuestiones o sugerencias que resulten de interés para ayudar al estudiante. 
  • No olvidarse de los estudiantes. Sería interesante trabajar con ellos los puntos qué les gustaría que se tratasen en una reunión con su familia. También trasladarles lo que se ha hablado o dejar que participen directamente en alguno de los encuentros.
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