Con la llegada del verano todos los estudiantes comienzan sus vacaciones con la ilusión de disfrutar del tiempo libre y dejar de lado, al menos durante unos meses, las obligaciones y rutinas escolares. Este año la emoción es quizá aún mayor que otros, puesto que se ha tratado de un curso escolar muy diferente. No han podido disfrutar de sus amigos ni de sus actividades favoritas al aire libre durante casi 4 meses, por lo que se plantea el verano como el momento perfecto para recuperar ese tiempo perdido.
Sin embargo, es común que a partir de Primaria muchos profesores decidan mandar tareas a sus alumnos para que no olviden algunos de los conocimientos adquiridos durante el curso, por lo que el verano también supone un tiempo de trabajo de refuerzo o repaso durante las vacaciones.
Tareas escolares durante el verano, ¿sí o no?
Pero este curso ha sido excepcional por la crisis de la Covid-19, en el que la carga de trabajo, la falta de momentos de ocio y el confinamiento han generado en muchos casos un estrés que en una situación normal no se hubiera producido. Esto abre un debate sobre la necesidad de hacer un repaso durante las vacaciones o no.
Es necesario tener en cuenta la situación particular de cada alumno y de cada familia para poder adecuar las actuaciones a las necesidades de descanso y desconexión, al mismo tiempo que de refuerzo o repaso de aprendizajes básicos y necesarios para preparar la vuelta al colegio en septiembre.
Algunas familias, especialmente con hijos más pequeños o que han requerido de mayor supervisión y acompañamiento por su nivel de madurez y autonomía, han realizado un gran esfuerzo y necesitan parar y descansar, desconectar totalmente durante un tiempo de exigencias, estrés y desbordamiento por tener que compaginar teletrabajo, deberes escolares, tareas domésticas, etc. Muchos padres no han podido estar suficientemente disponibles para sus hijos, y ahora es el momento de compartir por fin un tiempo de calidad.
Planificación para un repaso en verano
Cuando queramos retomar, después del descanso, ese trabajo de refuerzo de lo aprendido, necesitaremos una buena planificación para poder seguir disfrutando de las vacaciones. Estos son algunos consejos que nos pueden ayudar:
- La rutina es importante
Los estudiantes que tienen tareas que realizar pueden cometer el error de dejar todo el trabajo para el final. Para que un aprendizaje pueda ser asimilado, no son buenas ni las prisas ni los “atracones”. Entregarán el trabajo, pero puede que sin que se haya producido el aprendizaje. Lo mejor es descansar y desconectar totalmente por lo menos durante unas semanas, y después organizar con ellos una rutina diaria, estableciendo un horario de trabajo y planificando todas las tareas a realizar.
- El tiempo justo, no más de una hora.
Hacer los deberes no debería nunca estar asociado a un momento de tensión o conflicto. Dependiendo del nivel de autonomía y madurez, necesitarán más o menos supervisión por parte de los adultos a su cargo. Entre media hora y cuarenta y cinco minutos es el tiempo idóneo que deben dedicar diariamente los niños a la realización de tareas escolares y al repaso durante las vacaciones, nunca más de una hora al día.
- Nuestro apoyo como padres es esencial
En el caso de que el alumno haya suspendido alguna asignatura o haya tenido un rendimiento bajo durante el curso, el refuerzo de verano puede ayudarle a afianzar algunos contenidos básicos. Con ayuda del profesor o tutor, comprender las causas de ese bajo rendimiento será fundamental para dar al niño el apoyo que necesita.
- Aprovechar el tiempo en familia
Los veranos son el mejor momento para disfrutar en familia. Podemos aprender muchas cosas esenciales para la vida de forma divertida, creativa y emocionante. Juguemos en familia, cocinemos, paseemos, hagamos deporte, leamos… con tiempo y sin prisas. Todo ello afianzará y reforzará nuestros lazos.
- Dedicar tiempo al ocio es esencial
No hay que olvidar que el periodo estival es un momento donde se producen una gran cantidad de aprendizajes desde la experiencia o el juego, de manera informal, desarrollando una gran cantidad de habilidades sociales, destrezas y competencias. Será importante limitar el uso de pantallas en este tiempo de ocio y animar a los niños y niñas, después de los meses de confinamiento y de aislamiento social, a encontrar actividades donde poder disfrutar de tiempo de calidad con otros niños de su edad. Seguro que será el mejor remedio para combatir el posible estrés que esta situación ha producido.