Existe una estrecha relación entre la identificación, la expresión y la gestión de las emociones con un buen rendimiento académico. Igualmente, a los docentes les gusta tener un buen clima en el aula, con herramientas de comunicación y resolución de conflictos. Por todo ello resulta evidente la importancia de aplicar la educación emocional en clase, aunque en el día a día esto no es tan fácil, ya que al profesorado le pueden faltar recursos, ideas, herramientas o tiempo. A continuación se muestran algunos materiales, recursos y consejos que se pueden incorporar de forma sencilla y pueden ayudar a proporcionar herramientas de gestión emocional, al mismo tiempo que ayudan a la toma de decisiones, autoestima y resolución de problemas de los estudiantes.
Algunos consejos importantes
Los siguientes consejos son pautas concretas a tener en cuenta para trabajar la educación emocional en el aula:
El lenguaje es esencial
Hay que evitar ridiculizar, desvalorizar o restar importancia a una expresión o necesidad emocional a través de las palabras. Además, es importante intentar evitar hablar de emociones buenas y malas, si no de agradables y desagradables. Los estudiantes podrán entonces aceptar todas sus emociones y no tendrán problema en expresarlas y gestionarlas, aunque sean incómodas.
Hablar de las emociones
Aunque en las aulas se trabaja de forma constante con las emociones y el trabajo emocional se hace de forma continua y transversal, es bueno dejar espacios dentro de un día lectivo para hablar de las emociones, pararse y conectar con ellas, además de para resolver conflictos o para expresar o regular las emociones desagradables.
El papel de la calma
Debemos de dar a la calma la relevancia que tiene. Son importantes los estados de calma para poder impartir clase, para que el aprendizaje sea significativo y el clima y estado emocional de los estudiantes sea constructivo. Por ello, y siempre que surjan conflictos o se perciben emociones alteradas o disparadas en el alumnado, es bueno dejar espacios temporales de vuelta a la calma. Hay que saber que si se intenta forzar el aprendizaje cuando no se dan estados de calma seguramente aparezca la frustración (tanto para los estudiantes como para los docentes).
Recursos y propuestas
Los siguientes recursos resultan ideales para aplicarlos en el aula de forma sencilla y sin necesidad de hacer uso de muchos materiales.
Rueda emociones
Es un recurso visual para tener de forma accesible en el aula, ya que se representan las seis emociones básicas (se recomienda ir aumentando el número de emociones a medida que aumenta la edad del alumnado). También proporciona léxico emocional además de un recurso visual y atractivo para que los estudiantes aprendan a identificar y nombrar lo que sienten. Una propuesta de actividad sería la construcción conjunta de la rueda, individualmente o por grupos.
‘El emocionómetro del inspector Drilo’, de editorial NubeOcho.
Volcán del enfado
Sirve como herramienta de medición y gestión del enfado, así como de regulación conjunta. La parte baja del volcán, la parte verde, representa un enfado manejable. La parte media, naranja, muestra un enfado más molesto, que impide pensar con claridad y que se nota mucho en el cuerpo. Y, por último, la parte roja es aquella que representa la explosión de ira. Cada menor puede tener una etiqueta con su nombre que se pega al volcán para poder mostrar en qué punto del volcán están y cuándo necesitan ayuda para volver a regularse.
Rueda de alternativas al enfado
Consiste en elaborar en conjunto una rueda de alternativas para conflictos o enfados. Cuando los pequeños están enfadados necesitan hacer algo con ese enfado, no desaparece solo. Si la conducta elegida es reprensible debemos darle una alternativa, por ejemplo: “en lugar de tirar la silla cuando estás enfadado puedes hacer unas respiraciones, puedes venir a hablar conmigo, puedes…”.
Plantillas de gestión emocional
En ellas podrán expresar lo que sienten, identificarlo en el cuerpo, ponerle nombre… Es una muy buena herramienta tanto de autoconocimiento como de gestión emocional.
Rincón de la calma
Para los más pequeños suele funcionar muy bien tener un espacio delimitado dentro del aula donde tengan objetos que les ayuden a manipular y calmarse. También elementos visuales, táctiles o auditivos que les ayuden a bajar la intensidad de una emoción.
Construcción de un cuaderno (diario) emocional
Tanto al comienzo del día como al final, los estudiantes pueden expresar cuáles han sido sus emociones predominantes, por qué y qué han hecho con esas emociones.
El tren siento-pienso-actúo (especialmente para resolver conflictos)
Cada conducta tiene detrás unas emociones y unos pensamientos. Se puede representar como un tren donde lo que primero se ve es la locomotora (la situación visible), pero detrás están los vagones que son esos pensamientos, emociones y conductas que se están generando en una situación. Identificar y comprender por qué se están comportando de una manera u otra ayuda a los docentes a resolver y prevenir la conducta disruptiva desde el respeto y no desde el castigo.
Buzón emocional
Recomendado para menores a partir de 7 años, es un recurso donde pueden escribir algo que quieran expresar y necesitan que solo se entere el docente (que será quien lea el interior del buzón).