Consejos para despedir el curso escolar teniendo en cuenta las emociones

Dar tiempo al proceso de despedida, implicar al alumnado o validar sus sentimientos son algunos de los consejos de la psicóloga y educadora Begoña Ruiz para llevar a cabo una despedida escolar emocionalmente sana.

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Despedida Escolar

Se acerca el final del curso y con él la despedida escolar de los estudiantes y docentes tras nueve meses de convivencia diaria. Pero resulta curioso que, mientras las acogidas de inicio de curso se cuidan bastante en los centros, las despedidas suelen ser algo ‘descafeinadas’. Se debe a distintos motivos: no considerarlas importantes, una mala planificación, falta de herramientas o, incluso, una mala gestión social emocional del adiós. No obstante, despedir el curso tiene una gran importancia afectiva para toda la comunidad educativa. 

Consejos para una buena despedida escolar y emocional

Las siguientes ideas pueden resultan útiles y prácticas para llevar a cabo una despedida escolar emocionalmente sana:

  • Dar ‘tiempo’ al proceso de despedida con espacios de relación y emoción. No basta con la última hora de clase ni tampoco es recomendable llenar el final de curso con exámenes o trabajos finales. Un juego conjunto, incluir el arte, el movimiento, la naturaleza o el valor afectivo de la comida pueden ser elementos ideales para relacionarse esos últimos días.
  • Implicar al alumnado en preparar acciones para la despedida. Incluso se puede convertir en una situación de aprendizaje desde el disfrute.
  • No olvidarse de las familias. Es importante posibilitar algún encuentro conjunto para ello.
  • Validar las emociones. Tanto la tristeza por despedirse o el miedo por el futuro como la alegría por las vacaciones o el paso de etapa; todo es importante y más cuando se trata de la finalización de una etapa escolar.
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Los cinco elementos fundamentales de una despedida escolar

Además, es necesario tener en cuenta que hay que seguir una serie de pasos en estas despedidas, que son válidos en todos los niveles educativos.

Visualizar el recorrido

Los retos emprendidos, los aprendizajes realizados, las interacciones con los compañeros y docentes o las experiencias emocionales que se han experimentado durante el curso. Para ello, pueden realizarse las siguientes actividades:

  • Crear un álbum o montaje de fotos, una playlist con canciones, un concurso de anécdotas, una gymkana o escape room, una obra de teatro o un mural conjunto. Todo ello con contenidos y vivencias del curso que finaliza.
  • Hacer un juego de roles e intercambiar los de profesorado y alumnado.
  • Desarrollar juegos de adivinanzas sobre cosas ocurridas durante el curso. Para ello se pueden utilizar globos, que luego hay que explotar, o esconderlas por toda la clase.
  • Crear una línea del tiempo en un mural, en la pizarra, en paneles… e ir colocando o escenificando experiencias, actividades y aprendizajes.
  • Grabar un ‘anuncio’ o vídeo donde se exponga todo lo bueno que ha traído este año escolar.

Reconocer y agradecer los esfuerzos, logros, apoyos o aportaciones mutuas

  • Entregar un ‘obsequio personalizado’ fabricado de forma casera por el alumnado. Puede ser una postal, tarjetas de la suerte para el futuro, pulseras, marco de fotos…
  • Hacer un amigo invisible entre toda la clase.
  • Llenar un tarro o hacer un diagrama con mensajes de agradecimientos o reconocimientos.
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Explicitar el adiós

Es posible a través de palabras, símbolos, elaboraciones artesanales… Estas son algunas ideas para ello:

  • Confeccionar un mural con huellas de manos o pies, con nombres y símbolos preferidos… En él se pueden escribir mensajes sobre el curso y también de despedida. 
  • Una excursión de fin de curso a la naturaleza o un viaje de estudios. También se puede hacer una merienda en clase donde cada estudiante traiga algo elaborado de forma casera o decorar el aula para una fiesta de despedida (para después hacerla).
  • Leer cuentos e historias, visualizar cortometrajes o escuchar canciones sobre despedidas (ya existentes o inventadas). Un ejemplo puede ser el libro ‘Cosas que cambian’ de Robert García y Sonia Sanabria (Carambuco Ediciones).

Enfocar el futuro

En relación al próximo curso, retos, profesorado, aula, compañeros… Esto se puede hacer con:

  • La elaboración de una carta por parte del estudiante a su ‘yo’ del año que viene. En ella se pueden transmitir los deseos, expectativas… También se puede dirigir al docente del año que viene.
  • Escribir mensajes en botellas para el curso siguiente.
  • Planear un día de limpieza del aula dejando un símbolo propio del grupo para los que lleguen y llevándose algo a la clase nueva.
  • Si se trata de un cambio de etapa se puede visitar el edificio, el aula, el patio o el profesorado nuevos. También, y si es posible, conocer la dinámica, los materiales, los juegos…
  • Crear un mural con post-it como si fuera un ‘banco del tiempo’ donde cada estudiante escriba qué ha aprendido (dentro o fuera del centro) y en qué puede ayudar.

Ritualizar la despedida escolar

Puede ser a través de ceremonias, actividades especiales u objetos transicionales… Algunos ejemplos son:

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  • Realizar ceremonias de graduación, de entrega de diplomas, de reparto de ‘Oscars’  graciosos…
  • Crear una caja de recuerdos entre todos o una cápsula del tiempo de este curso.
  • Escribir cartas, tarjetas o mensajes a cada estudiante y también entre ellos en los que se incluya una anécdota de este curso. Por ejemplo: ‘te doy gracias por’; ‘eres bueno en’; ‘espero que el curso que viene’ o ‘te digo adiós con’.
  • Repetir o introducir nuevos juegos cooperativos y dinámicos de conocimiento mutuo, pertenencia y cohesión grupal.
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