Korfball, Goalball, Colpol, Bijbol, Ultimate o Duni… No son tan conocidos (y practicados) como el fútbol, el baloncesto o el tenis, pero estos deportes alternativos, ideales para integrar en las clases de Educación Física en Secundaria, tienen amplios beneficios: motivan a los estudiantes con nuevos retos, integran a todos aquellos que no disfrutan tanto de los deportes tradicionales, fomentan el trabajo en equipo, la cooperación y la igualdad de condiciones entre chicos y chicas, además de mejorar sus habilidades motrices. Todos ellos son deportes de grupo y, generalmente, se practican en una pista o campo y con una pelota. Estos son algunos de los más destacados.
Korfball
Su modo de juego es similar al baloncesto, aunque tiene reglas diferentes. Así, en el campo hay dos canastas (una por equipo) en las que hay que conseguir meter la pelota, que se maneja con las manos; no obstante, los equipos deben ser mixtos y estar compuestos por cuatro hombres y cuatro mujeres cada uno. Asimismo, cada dos canastas es obligatorio rotar las posiciones, por lo que todos los jugadores desempeñan todas las funciones en el campo de juego. Surgió en 1902 cuando el docente holandés Nico Broekhuysen se empeñó en crear un deporte en el que pudieran jugar ambos sexos juntos y en igualdad de condiciones. Está reconocido por el Comité Olímpico Internacional, pero no forma parte de ningún programa olímpico.
Goalball
Ayuda a desarrollar la empatía, además de agudizar el resto de sentidos y trabajar la velocidad de reacción, la concentración… Con dos porterías, una situada en cada uno de los extremos de la sala o pista, los dos equipos (formados por tres jugadores cada uno) deben llevar un antifaz que cubra sus ojos. El juego comienza cuando un equipo ataca lanzando la pelota con las manos al equipo rival, que tendrá que pararla para que no se cuele en su portería. Quien meta más goles, gana. ¿Y cómo saben dónde está la pelota? Emite un pequeño sonido para que los jugadores puedan intuir su rumbo y decidir hacia qué lado ir a bloquearla.
Colpbol
Lo creó en 1997 Juanjo Bendicho, un docente de Educación Física valenciano, con el objetivo de fomentar la participación de todos los estudiantes, fuera cual fuera su nivel físico-motor o sus condiciones. En este juego de pelota, los equipos son mixtos y están compuestos por seis jugadores más el portero. El objetivo es marcar goles en la portería contraria; para defender hay que dejar al menos 3 metros de distancia con el atacante. Solo se permite un toque de pelota por jugador.
Bijbol
Se juega en un campo de fútbol sala, sin porteros y con un balón de medio metro de diámetro que se puede golpear con las manos, con los pies, con la cabeza o con cualquier otra parte del cuerpo. Es un deporte de grupo creado por la maestra Teresa Miña, que consiste en marcar el máximo número de goles en la portería contraria desplazando, rodando o golpeando la pelota sin agarrarla o retenerla. Los partidos se disputan entre dos equipos de ocho jugadores cada uno y no se necesitan cualidades especiales para practicarlo, por lo que cualquier estudiante puede participar.
Ultimate
Se juega con un frisbee, que hay que introducir en la ‘zona de gol’ mediante pases o lanzamientos; está prohibido avanzar corriendo con él. Enfrenta a dos equipos compuestos por siete jugadores cada uno (o cinco si es la modalidad interior o de playa) y no permite el contacto físico de ningún tipo, bloqueos ni obstrucciones y si los hubiera serían falta, aunque cada uno es responsable de marcar las faltas que crea necesarias y resolver las disputas que puedan surgir, ya que no existe la figura del árbitro. Y si no hay acuerdo, se vuelve a empezar.
Duni
Podría definirse como una mezcla de danza y deporte en el que hay que pasar su ‘pelota’, una esfera con asas llamada ‘core’ (que los mismos estudiantes pueden fabricar), de un campo a otro por encima de una red (algo similar al bádminton). Pero no se puede hacer de cualquier manera: el core nunca es golpeado (ley de la no-violencia); nunca se detiene (ley del movimiento perpetuo); se desplaza siempre a la misma velocidad (ley de conservación de la energía); se lanza formando solo líneas curvas (ley de la vida); y se mantiene en el aire por los jugadores (ley de la no resistencia). Cada partido dura 24 minutos con un descanso a mitad del partido: cada vez que el core cae en campo rival, será un punto para el lanzador.
Me encantó el artículo