Este popular rompecabezas fomenta la creatividad, la paciencia y la ejecución de estrategias. Seleccionamos algunos modelos aptos para toda la familia y adecuados para iniciarse en este juego o perfeccionar la técnica.
Originalmente llamado cubo mágico, el cubo de Rubik es un rompecabezas mecánico tridimensional creado por el escultor y profesor de arquitectura Ernő Rubik en 1974. El modelo clásico posee seis colores (blanco, rojo, azul, naranja, verde y amarillo; uno en cada una de sus caras) y un mecanismo de ejes que permite girarlas independientemente: para resolver el rompecabezas cada una debe quedar en un solo color. Se trata de un juego que combina matemáticas, arte y ciencia, un desafío para la mente y una prueba para las dotes de resolución de problemas adecuada para personas de todas las edades. En este artículo reunimos cubos de Rubik clásicos y otros más modernos para iniciarse en el juego o perfeccionar la técnica.
Índice de contenido:
Es el modelo tradicional: cuenta con seis lados de colores, cada uno compuesto por nueve cuadrados. Este cubo, además, se ha diseñado para ser más rápido, fluido y seguro, evitando frenazos y atascos en las piezas a la hora de girar.
Es el adecuado para iniciarse en el mundo de los cubos por su forma (2x2) y sus esquinas redondeadas. Gracias a ellas, el juego se resuelve de forma más rápida y suave que en otros ejemplos. Se trata de un cubo multicolor, perfecto para toda la familia y adecuado a partir de 5 años, para que los menores se vayan familiarizando con el objeto.
Tiene la forma de un cubo de Rubik original, pero es un dispositivo inteligente: a través de una aplicación móvil los usuarios pueden competir en tiempo real con otros jugadores y contra uno mismo. En la app también encontrarán varias formas de resolver cubos, juegos contrarreloj, la posibilidad de formar equipos… Cuenta con una batería interna reemplazable que proporciona 280 horas de tiempo de juego.
Tiene 12 caras con 12 colores diferentes y cada una está formada por pequeñas piezas distintas entre sí. Es apto para aquellas personas que ya sepan cómo resolver cubos de Rubik con menos piezas y se encuentren en niveles muy avanzados, ya que es uno de los rompecabezas de este estilo más difíciles de resolver.
Con siete piezas por lado y forma de cubo, es ideal para aquellos que ya manejan el juego tradicional (3x3) y quieran mejorar su control y habilidad. De colores vivos, no tiene pegatinas, lo que evita que se despeguen y lo hace más duradero. Además, el bloque central se puede quitar para ajustar la tensión.
Con forma de tetraedro, es otra variante del cubo de Rubik que consta de las siguientes piezas: cuatro vértices piramidales, que son las puntas del tetraedro (giran sobre sí mismos libremente, pero no intercambian su posición); cuatro piezas centrales situadas inmediatamente debajo de cada uno de los vértices que pueden rotar, pero no pueden intercambiar sus posiciones con otras piezas; y seis aristas, situadas en el centro de cada lado (pueden intercambiar posiciones).
