Para acabar con las desigualdades y las malas emociones y garantizar el bienestar y la felicidad, la Organización de las Naciones Unidas designó el 20 de marzo como el ‘Día Internacional de la Felicidad’. A pesar de los momentos tan complicados que está viviendo la sociedad actualmente, recogemos cinco cortometrajes para apartar los inconvenientes y celebrarlo en familia.
En ellos se narran breves historias que sirven como punto de partida para reflexionar sobre la importancia de la felicidad y la necesidad de aprender a gestionar los sentimientos en situaciones complicadas.
La felicidad
Reflexiona sobre el valor de disfrutar de los buenos momentos cuando se dan. Para ello, narra la historia del dueño de un perro, que se cansa de jugar a la pelota con él y se la lanza al vacío: el cachorro desaparece, lo que provoca que salga en su búsqueda. Cuando lo encuentra, está inconsciente, lo que le hace sentirse triste y culpable. Una vez repuesto, recupera su felicidad.
La verdadera felicidad
El protagonista es un joven que se dedica a ayudar a cualquiera que lo necesite sin pedir nada a cambio. Algunos ciudadanos, cuando lo ven, le regañan para que no siga haciéndolo, pero no hace caso. Poco a poco ve cómo las personas a las que le tiende la mano van progresando y se siente muy feliz de haber colaborado en ellos. Para él, la felicidad se encuentra en los pequeños gestos.
¿Cómo ser feliz?
Obtuvo el ‘Premio de la audiencia’ en el festival francés Voiron Film y el ‘Premio a mejor actor’ en Entr’2 Marches Cannes. Narra cómo un hombre intenta hacer felices a las personas de su alrededor con pequeños detalles, mientras que su pareja no para de quejarse por la situación en la que se encuentran. La lección que le da a su mujer le hace plantearse cuestiones importantes acerca de la felicidad.
Happiness
Es una crítica a lo que la sociedad denomina felicidad. Esta producción animada cuenta cómo un ratón se recorre toda la ciudad adquiriendo productos de consumo que se venden como ‘felicidad’. Allí se da cuenta de que él, junto a todos los demás roedores, corren sin ninguna dirección buscando una sensación que no existe.
No pierdas la alegría de la vida
Los protagonistas son un padre (de color azul) y un niño (de color amarillo) que se toman la vida de distintas formas: el primero siempre está triste, apagado e infeliz en el trabajo, mientras que el segundo da saltos de alegría y siempre sonríe, a pesar de no hacer las cosas bien en la escuela. La historia se repite día tras día, pero los roles se van cambiando: el pequeño empieza a sentirse desanimado cuando va al colegio y su padre hace todo lo posible para conseguir que vuelva a sentirse como antes.