En los últimos meses asistimos a una llamada casi permanente a la exaltación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y del Jefe del Estado por parte de diversos grupos políticos. Lejos de opinar aquí sobre este llamamiento (el grado de amor y compromiso hacia un país no creo que deba medirse por la cantidad de ¡vivas! que uno pueda gritar), esta campaña sí me ha hecho reflexionar sobre lo ninguneadas que quedan otras profesiones en este tipo de iniciativas y sin las que ningún país moderno podría existir.
" Hay pocas profesiones tan básicas para una sociedad y tan poco reconocidas profesionalmente como la docencia "
Reconocimiento social
Al igual que se hace habitualmente con el Ejército, la Guardia Civil o el Rey, me encantaría que no pareciera un disparate incluir también en estos episodios a otras profesiones que representan igualmente al conjunto de la ciudadanía de un país y de las que muchos nos sentimos muy orgullosos. Dicho de otro modo, ¿por qué no se puede reconocer la labor de médicos, ingenieros, escritores, docentes o artistas sin que parezca uno un pardillo o un friki? Seguro que muchos dirán que los cuerpos de seguridad del estado nos protegen de las graves amenazas del terrorismo o de un enemigo exterior, un argumento contra el que no existe discusión alguna.
Quizá porque me he pasado toda la vida rodeado de libros, me siento mucho más cercano emocionalmente a escritores, poetas, filósofos y, por supuesto, a todos esos maestros y maestras que me dieron a conocer a los autores que resultaron vitales en mi formación. Una figura, la del docente, que ahora he podido conocer mejor gracias a EDUCACIÓN 3.0 y por la que siento una enorme admiración y respeto. Creo que existen pocas profesiones tan básicas para una sociedad, que se ejerzan con tal vocación y generosidad y que, a la vez, sean tan poco reconocidas socialmente como la docencia. Por todo ello, ¡vivan los docentes!
Este editorial forma parte del nº 32 de la revista EDUCACIÓN 3.0 impresa. Para garantizar la recepción de la revista es necesario suscribirse: podéis hacerlo como centro o como particular llamando por teléfono (91 547 00 95) o a través de la página web. Ahora y hasta el 10 de diciembre tienes ¡un 20% de descuento!
En este vídeo podéis ver un avance de algunos de los contenidos publicados en el nº 32, correspondiente a otoño 2018. La revista en papel tiene 100 páginas.