Sería redundante ponerse a hablar del enorme impacto que está teniendo y tendrá el COVID-19 en muchos aspectos, incluido el económico, en todos los sectores y a nivel mundial. La infección es grave y peligrosa. Así, el sector educativo se ha visto afectado de lleno: centros cerrados, supervivencia operativa, colapso general…
Pero no, no quiero hablar más de eso. Quiero lanzar un mensaje de optimismo. La educación y la formación deben seguir y, además, desempeñarán un papel muy importante en la salida de la crisis. ¿Por qué?
A corto plazo:
- Hay que adaptarse a las nuevas necesidades de formación que está generando el confinamiento.
- Las personas quieren y deben seguir formándose desde casa.
- Cómo la presencialidad no es una opción hoy por hoy, que hay que dar alternativas digitales a todos los que están en casa.
- Hay que seguir formando online y también continuar captando alumnos de manera online para garantizar que en el futuro las aulas estén llenas.
A medio y largo plazo:
- Las empresas deberán replantearse modelos de negocio. Incluso en algún caso, reinventarse.
- Aparecerán nuevos empleos y nuevas profesiones.
- El factor humano será clave en este proceso de reinvención. Hay que formarse y prepararse.
- Los modelos de formación que se adecúen a esta nueva necesidad ganarán la batalla.
- Aunque el sector educativo está infectado por este maldito virus, existe ya una vacuna muy potente que ha sido probada científica y empíricamente en muchos pacientes (instituciones) con éxito: es la vacuna digital.
La vacuna digital
Es una gran y esperanzadora noticia para el sector. No una novedad, pero sí una gran noticia. La teníamos ahí, guardada en un cajón sin prestarle mucha atención; inconscientes de la vulnerabilidad de un sistema basado fundamentalmente en la presencialidad, en los campus y aulas físicas, en el papel… Porque esta vacuna hará posible una pronta recuperación y dotará de los anticuerpos necesarios a nuestro sistema educativo para hacer frente a cualquier contingencia inesperada como la vivida estos días.
Basa su probada capacidad para reducir al ‘bicho’ en dos propiedades:
- Formación online: permitirá desde ya mismo seguir impartiendo clases a todos esos alumnos que hoy se ven forzados a estar confinados en sus casas. Los mismos que mañana descubrirán las enormes bondades de poder estudiar donde y como uno quiera.
- Captación y matriculación online: permitirá seguir llenando las aulas (físicas o virtuales) mañana. También llegar a los estudiantes a través de diversos canales y medios digitales, incluyendo todo el proceso de conversión a matrícula de manera virtual.
No esperemos más. Vacunemos ya a nuestra institución, a nuestros docentes y directivos, a todo el sistema. No es una opción, es una obligación. Hay que digitalizar nuestra enseñanza y nuestra forma de captar alumnos.
Desde el Instituto de Innovación en Negocios Educativos (INNEDU), y en calidad de centro vacunador digital, hemos querido poner a disposición del sector una sesión personalizada y gratuita de asesoría online que se puede solicitar sin compromiso a través de este enlace.