No hace falta ser YouTuber (en mi caso EduTuber) para saber la influencia que tiene el vídeo en nuestra cultura cotidiana. Las webs y plataformas como YouTube cuentan con audiencias millonarias y el 75% de los millennials ven vídeos en las redes sociales diariamente.
A día de hoy hay más audiencia en YouTube a través de los dispositivos móviles durante el prime time televisivo, que en la propia televisión tradicional. Y otro dato: alrededor de cinco mil millones de vídeos de YouTube se ven todos los días. Por lo tanto, parece natural que esta plataforma familiar y con estos niveles de audiencia se extienda al entorno educativo.
El vídeo en educación estimula la curiosidad y el aprendizaje
El vídeo es un medio muy útil para demostrar aspectos que no se pueden recrear en un aula. Además, la mayoría de los estudiantes muestran interés por él, lo que puede ayudar a despertar su curiosidad que, al final, es la auténtica clave para estimular el aprendizaje. Ellos mismos ya están utilizando vídeos educativos fuera del aula como una herramienta para aprender de todo, desde matemáticas hasta física e incluso para tocar un instrumento musical.
Desde que comencé con mi canal en YouTube, he conocido a estudiantes de poco más de 15 años con conocimientos sobre conceptos avanzados de física cuántica o de cohetes espaciales. Si continúan alimentando su curiosidad en YouTube pueden llegar a saber igual (o más) que su profesor cuando comiencen sus estudios en la universidad. Además, estos conocimientos los están consumiendo de forma voluntaria, como si fuera un juego.
Para llegar a este objetivo en el aula, los maestros necesitamos usar los vídeos de una manera que cumpla con los resultados de aprendizaje previstos y que, además, resulte interesante para el alumnado. Es decir, escuchar y ver un vídeo necesita de propósito, enfoque y entretenimiento.
Estos vídeos aumentarán la participación de los estudiantes, lo que a su vez les ayudará a mejorar su rendimiento porque si están interesados en el material lo procesarán y lo recordarán mejor. Un truco es el uso de subtítulos, ya que han demostrado ser eficaces para ayudar a acceder mejor a la información. Otra de sus ventajas es que se pueden pausar u omitir la reproducción para tener discusiones en clase o revisar áreas particulares, y nos permiten a los maestros crear un aula invertida o un entorno de aprendizaje "combinado".
Mejoran la comprensión de las asignaturas más complejas
Estas herramientas audiovisuales ayudan mucho en el aprendizaje de todas las asignaturas, pero particularmente en aquellos temas que son complejos y/o altamente visuales (como procedimientos paso a paso o fórmulas de ciencia y matemáticas). Los temas abstractos que antes parecían difíciles de enseñar y aprender ahora son más accesibles y comprensibles gracias a la disponibilidad de vídeos educativos. Y eso lo profesores lo debemos aprovechar.
También es interesante mostrar en las aulas vídeos de científicos que hablan sobre su trabajo y sus vidas. Esto es de gran ayuda para ampliar la comprensión sobre quiénes son, qué hacen y quién puede dedicarse a ello. Algo que puede motivar a los alumnos y alumnas a estudiar carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), ya que actualmente sólo dos de cada diez perfiles STEM son mujeres, algo que debemos empezar a resolver desde la comunidad educativa.
Según Randstad, en los próximos años habrá una gran demanda laboral para especialistas STEM. En concreto, 1,25 millones de trabajos en torno a estas disciplinas se crearán en España de aquí a 2022. Un dato alucinante. Por ejemplo, el crecimiento de la demanda de ingenieros industriales es de dos dígitos año a año, los que les convierten en unos profesionales con paro cero. Sin embargo, estos puestos serán difíciles de cubrir por el poco interés del alumnado por estas carreras, en especial las chicas.
Por esta razón, como educadores debemos marcarnos el objetivo de motivar a los estudiantes a estudiar carreras STEM, algo que podemos hacer con la ayuda de vídeos educativos en las aulas.