Profesora de Secundaria, Bachillerato y coordinadora TIC en el Colegio San Agustín de Salamanca, Ana María Hernández Iglesias reflexiona acerca de la enseñanza de los idiomas y como la tecnología - a través de la realidad aumentada- es el complemento perfecto para favorecer un aprendizaje motivador e inmersivo.
realidad aumentada
La enseñanza de idiomas en la educación reglada está estancada desde hace años. Bien es cierto que, en los últimos años, nuevas metodologías de aprendizaje como las basadas en el trabajo cooperativo, ABP, PNL… se han adentrado en las primeras y segundas lenguas extranjeras trabajadas en el aula. Sin embargo, en la gran mayoría de las escuelas, institutos o academias, el método con el que el estudiante se enfrenta al reto de someterse a un idioma sigue siendo contraproducente. La clase se hace aburrida y el idioma, lejos de ser herramienta de expansión, se vuelve un obstáculo a superar.
En el seno de una sociedad que no se detiene, parece anacrónico que la enseñanza de un idioma se siga haciendo con un libro de gramática y otro de ejercicios; un aula; una pizarra; treinta mesas y un profesor (la inmensa mayoría de las veces, no nativo) con el que interactuar. La conversación, clave para arraigar el idioma en nuestras competencias, se limita a un par de ejercicios de corta duración en los que la supervisión es justa, y en los que la inseguridad hace que el alumno vuelva constantemente al idioma propio.
Fuimos muchos los que mejoramos realmente nuestro nivel de inglés cuando Internet abrió un campo infinito de posibilidades con el acceso a millones de recursos audiovisuales. Los que tuvimos la suerte, y a la vez desgracia, de engancharnos a una serie de televisión cuya emisión en España ni se soñaba pareja, nos vimos en la casi obligación de aprender acentos, frases hechas, traducciones urgentes… de aquellos episodios que no esperaban por nosotros. Somos una generación que mejoró su inglés por la necesidad se saciar su sed de fan.
Sería muy de extrañar que, con tantos avances en el campo de la realidad virtual y aumentada, no nos encontrásemos en unas décadas con un panorama radicalmente distinto en las aulas como (por ejemplo) alumnos que hacen uso de gafas 3D y RV con las que realizar una inmersión lingüística virtual en cualquier ciudad del mundo. No es difícil de imaginar una aplicación que les permita situarse en un centro comercial de la City de Londres e interactuar con los comerciantes; o visitar el casco antiguo de Dublín y entablar una conversación real con algún personaje histórico.
Quizás, en unas décadas, los libros de texto sean el complemento y los idiomas se practiquen gracias a la inmersión virtual en historias que nos vimos obligados a esperar para leer traducidas a nuestro idioma. ¿Quién no estaría encantado de aprender inglés británico paseando por los corredores de Hogwarts o practicar el acento americano ayudando a Jack en la isla de Lost?
Ana María Hernández Iglesia es profesora de Secundaria, Bachillerato y coordinadora TIC en el Colegio San Agustín de Salamanca,
Olé!!!!
¡Qué bueno! Gracias por el artículo, muy interesante. Desde tenemos previsto ponerlo en marcha pronto. Un saludo