El currículum en Educación Primaria está ideado partiendo del contexto social y cultural del alumno al que está destinado con el objetivo de enseñarle el mundo que le rodea. ¿Es esta premisa cierta? ¿Qué podemos hacer, como docentes, al respecto?
En la legislación vigente los contenidos se encuentran organizados en disciplinas independientes, con sus tiempos y temarios propios. Sin embargo, hay muchas materias que conviven e interaccionan constantemente fuera de la escuela. Por tanto, existe en esta etapa una contradicción entre el ideal de la educación globalizada y la división de contenidos en asignaturas rígidas.
Un planteamiento interdisciplinar
A través del enfoque de enseñanza actual se obvia la enseñanza de las conexiones entre los distintos saberes, lo cual puede evitarse trabajando con la interdisciplinariedad.
¿Qué puede aportar un planteamiento interdisciplinar a un aula de Educación Primaria? Además de ayudar en el desarrollo de ciertas aptitudes, facilita la ocasión de aproximarnos a los intereses de los estudiantes y así lograr un aprendizaje significativo para ellos. Cuando el fin tiene significado para los alumnos, la motivación de cara al proceso de aprendizaje es mayor y parte de sus propios intereses.
El papel de las artes
Asimismo, existe un componente vinculado a la significación y a la motivación que es, en ocasiones, apartado u olvidado en las aulas: las artes. Las actividades artísticas conllevan múltiples beneficios de utilidad en clase. Producen la vivencia de emociones, las cuales conducen a una mayor atención, y esta a su vez nos dirige al aprendizaje y a la resolución de problemas, entre otros mecanismos.
Investigaciones neuronales y psicológicas de los últimos años demuestran que las artes representan una función relevante en el desarrollo del cerebro, creando conexiones que refuerzan el sistema neuronal. Mediante la actividad artística también se desarrollan habilidades de conciencia emocional, regulación emocional y habilidades socio-emocionales.
Una relación fraternal
En el conjunto de las disciplinas artísticas, ¿por qué elijo a la música y la literatura como protagonistas de este artículo?
Diversos estudios encuentran similitudes en cuanto a la actividad cerebral que requieren ambas materias, así como en la manera de procesar la información lingüística y la musical. Se encuentran semejanzas estructurales en el lenguaje verbal y el musical, así como en las formas del lenguaje y las formas musicales. Los idiomas tienen unidades básicas de representación que se combinan para formar unidades mayores con significado propio -palabras, frases, oraciones, párrafos y discursos- y en el lenguaje musical sus formas se estructuran de la misma manera –nota, motivo, semi-frase, frase, parte de la pieza, pieza-, adquiriendo uno u otro significado en función del ritmo y la entonación del discurso.
Por lo tanto, el lenguaje musical y el lenguaje literario emplean códigos escritos y la discriminación visual de cada uno puede favorecer al otro, también en su proceso de aprendizaje, lo que hace de ellas dos disciplinas idóneas para trabajar desde un planteamiento interdisciplinar en primaria.
Una relación fructuosa
¿Tendrán algo que ver el paralelismo estructural y las semejanzas de procesamiento con el vínculo histórico que tienen la literatura y la música? Ambas ramas se nutren mutuamente para enriquecer la expresión artística. En el teatro de la Grecia clásica, música y literatura compartían protagonismo, buscando influir en los afectos y el alma. En la Edad Media seguía vigente esta unión de la música con la espiritualidad en formas religiosas como el canto gregoriano o el motete. En esta época destacan también las cantigas, por ejemplo, las de Alfonso X el Sabio.
Aunque a lo largo de la historia existieran multitud de géneros, como el ‘lied’ –cuyo mayor representante fue F. Schubert- o el poema sinfónico –de F. Liszt- quiero destacar la ópera como forma más importante. La ópera aúna literatura dramática y música en una combinación perfecta basada en el equilibrio entre las disciplinas.
Una relación valiosa
Dadas las evidencias de relaciones neuronales e históricas entre literatura y música, resulta natural hablar de las posibilidades interdisciplinares. Existen multitud de actividades coordinando ambas disciplinas con las que lograr un aprendizaje activo y motivador. Hoy en día, existen formas como el rap, el hip-hop o la canción de autor, en las que la música y la literatura mantienen ese equilibrio, y que pueden lograr un aprendizaje significativo para los alumnos, por ser géneros más próximos a sus intereses.