Durante las vacaciones las rutinas y normas cambian (e incluso desaparecen) y los menores tienen mucho tiempo libre, sobre todo para aburrirse. Y en esta sociedad de las pantallas en la que vivimos, la tendencia es entretenerse dedicando gran parte del día a la visualización de dibujos animados, series o vídeos de youtubers e influencers, dependiendo de los diferentes rangos de edad. En este sentido, las familias tenemos que estar preparadas para evitar el uso excesivo de estos dispositivos, para lo que pueden servir estos consejos y recomendaciones:
Mantener unas normas (aunque algo más flexibles)
Si durante la etapa escolar hemos planteado unas normas y reglas con respecto al tiempo de visualización de la televisión y el uso de pantallas, debemos mantenerlas, aunque durante las vacaciones podemos flexibilizarlas. Por ejemplo, si solo dejábamos a nuestros hijos utilizar los dispositivos los fines de semana, ahora podemos dejarles que también lo hagan el resto de los días de la semana aunque siempre poniendo una limitación en el tiempo de uso. Para poder controlar esto y aunque no estemos con ellos, tenemos multitud de aplicaciones de control parental que nos avisarán e, incluso, apagarán los dispositivos cuando alcancen el tiempo límite propuesto.
Ofrecerles alternativas atractivas
Si prohibimos a los menores utilizar las pantallas pero no les ofrecemos otras alternativas, el verano se convertirá en una pesadilla de tiras y aflojas y estaremos sometidos a un gran desgaste psicológico ante su insistencia. Por ello, es fundamental plantearles actividades atractivas y motivadoras que les hagan olvidarse de la televisión, tablets y móviles. Un buen ejemplo son las actividades al aire libre, en playas o campos, en parques o instalaciones deportivas, donde los pequeños puedan practicar deportes, quemar energías y divertirse. Otra opción son los campamentos de verano, bien sean urbanos o en la naturaleza. Además, estarán rodeados de otros niños, y no encerrados en casa y en soledad.
Fomentar la lectura
Las vacaciones de verano son un momento fantástico para fortalecer los hábitos lectores. Hay que insistir en lo divertido que es vivir las mismas aventuras que ven en los dibujos animados o series, pero con la creatividad e imaginación que ofrece un buen libro. Por suerte, cada vez son más las colecciones infantiles, para cualquier tipo de edad y de cualquier género narrativo, lo que hace que sea complicado no encontrar un libro ideal para cualquier pequeño lector. En realidad, no hace falta comprarlos, también hay que fomentar el uso de las bibliotecas públicas, y en ese sentido las familias tenemos que hacer el esfuerzo de acompañarles, hacerles el carnet, estar pendiente del cumplimiento de plazos de devolución de los libros y del cuidado de los mismos.
El ejemplo de las familias
No siempre es fácil, pero los adultos somos los primeros que debemos evitar el uso excesivo de dispositivos móviles y de la televisión para ofrecer ese ejemplo a los menores. Si les estamos diciendo constantemente que no vean tanto la televisión, pero nosotros estamos enganchados a series y películas o si les reñimos por el uso continuado del smartphone pero nosotros estamos consultándolos constantemente, nos lo podrán recriminar y desarmarnos ante cualquier discusión por el tiempo de uso de las pantallas.
Regalarles tiempo de calidad
Durante el curso escolar, el tiempo que solemos pasar con nuestros hijos suele ser escaso y cargado de estrés: vivimos en una vorágine de obligaciones que nos lleva a ir acelerados en todos los aspectos, y eso provoca que normalmente estemos con los pequeños para llevarlos y traerlos a las diferentes actividades que tienen ya que, en muchos casos, no los vemos ni a la hora de la comida. Por ello, lo mejor que podemos hacer por ellos en vacaciones es dedicarles tiempo y pasar todas esas horas que no podemos durante el curso jugando, hablando y compartiendo.