Desarrollar la propia marca personal es un trabajo estratégico que puede cambiar el futuro profesional de un docente. Exige, en primer lugar, esforzarse por conocerse mejor a sí mismo; un gran paso de sabiduría socrática que no siempre es fácil. En segundo lugar, comporta definir el camino que hará progresar hacia el propósito y las metas que se hayan concretado además de determinar de qué modo se comunicarán. Es un esfuerzo que vale mucho la pena.
Las cuatro áreas con la que convertirse en un docente con una gran reputación
No obstante, y antes de trazar cualquier estrategia de marca, es importante prestar atención a cuatro áreas que permiten destacar como un docente con una reputación excepcional.
- Sé un buen docente. Es una condición imprescindible. Antes de plantearte cualquier otra meta, si eres docente de matemáticas, tienes que explicarlas muy bien. Si eres tutor, deberás saber orientar de manera adecuada a cada alumno y a cada familia. También tendrás que conseguir que en clase te escuchen y aprendan con interés. ¿No consigues que en el aula haya un clima de trabajo? Aprende ante todo a crearlo.
- Mantente coherente con tu equipo y con tu centro. Tu prestigio pasará por respetar a los demás y al colegio o instituto en el que enseñas. Si tu conducta o tus palabras les restan prestigio, no dudes de que también te lo quitan a ti. Podría parecerte que un comentario jocoso a los estudiantes sobre un tic de un compañero o una crítica velada a una decisión de la dirección ante una familia te acerca a ellos. En absoluto. Quita reputación al centro, pero también a ti.
- Escucha. Escucha. Escucha. ¿Te has fijado que a menudo se dice de determinadas personas que son grandes conversadores? En realidad, esas personas son grandes escuchadores. Saben hacer interesantes las conversaciones, porque se interesan por lo de los demás. Los compañeros y el alumnado no nos valorarán tanto por lo que les digamos, como por nuestra capacidad de demostrar que los escuchamos empáticamente y hacemos nuestro aquello que nos dicen.
- Conviértete en un ‘solucionador de problemas’. Este va a ser el camino más rápido para alcanzar reputación. Tu marca no está en ti, está en la aportación que hace a los demás y la vida escolar está llena de pequeños esfuerzos de servicio. Si rehúyes los problemas, ten por seguro que no podrás construir una buena marca personal. Cuando un profesor ha asumido que debe ir más allá de lo exigible para resolver las necesidades de los demás, realmente se convierte en un docente con reputación, muy querido por sus compañeros, su alumnado y las familias.
En definitiva, un docente ni es el centro del universo, ni la gente está esperando que sea un increíble superhéroe de Marvel. Debe esforzarse en dar una buena imagen para mejorar personalmente. Pero lo que importa, sobre todo, no es esto porque tarde o temprano, la imagen se construirá sobre su realidad. Lo realmente importante es que se preocupe por la gente y les ayude.
- Miquel Rossy (Author)
Ser docente hoy día (al menos en Andalucía) de secundaria es agotador. Llevo 24 años dando clase y cada curso nos lo ponen más difícil: altas ratios (el doble que en el resto de Europa), evaluación x criterios de 200 alumnos, niños hiper estimulados que no atienden, muy nerviosos, incapaces de concentrarse en leer, padres sobre protectores que protestan por todo o te denuncian, sobrecarga de burocracia, directivas hiperexigentes, leyes cambiantes, ser tutor es morir entre papeles: protocolos de acoso, de absentismo, de suicidio...Si un niño hace nona y le pasa algo en la calle, la culpa es del docente. Me encuentro docentes jóvenes deseando jubilarse. Así estamos.