La situación actual, en la que los alumnos deben continuar su trabajo desde casa tutorizados por sus profesores, se encuentren en la etapa que se encuentren y tengan el nivel que tengan, se ha convertido en un desafío repentino para todos los docentes, de todos los tipos y especialidades: desde la Educación Infantil hasta la universitaria.
Sin descuidar la inclusión educativa
Dentro de esta situación sobrevenida de forma inesperada, conviene no descuidar aspectos importantes que había costado mucho conseguir y en los que no hay que retroceder, como la inclusión educativa. Estos son algunos aspectos a tener en cuenta.
- Inclusión en los contenidos y en la metodología: no se trata de que el alumno trabaje al margen del resto. Si se pretende hacer un trabajo inclusivo se debe procurar una competencia en los contenidos que se esté trabajando adaptada al nivel del alumno; procurando enriquecer el material con imágenes, explicaciones más apropiadas (más concretas), con ejemplos más cercanos a su contexto…
- Inclusión en cuanto a los medios: si el estudiante no tiene acceso a Internet a través del ordenador, hay que procurar que el trabajo llegue a través del teléfono móvil de algún familiar, que no sea material que tenga que imprimir ni archivos de vídeo que tarden demasiado en descargarse.
- Inclusión en cuanto a la comunicación con las familias: si la familia siempre tiene una relevancia importante, a la hora de implementar cuestiones inclusivas con los niños, más. Es importante guiarlas en esta situación para que los niños se encuentren lo más confortables posible en su casa, para ello es necesario darles unas pautas para que consigan una mejor gestión del tiempo y de los trabajos.
- Inclusión en cuanto al resto del alumnado: mantener la vigilancia y tutorización para que todos los estudiantes tengan ocasión de sostener vínculos de relación y trabajos que propicien interacciones entre ellos (videollamada, charlas, conversaciones, etc.) Estas deben incluir a todos los alumnos y tener presente su nivel de competencias en cada área.
- Inclusión en cuanto a especialistas de educación especial: si son profesionales necesarios para que la inclusión educativa se convierta en una realidad, hay que tenerlos muy presentes, canalizar sus aportaciones y darles presencia para que el alumnado mantenga su nivel de atención precisa. También hay que tener en cuenta sus propuestas y hacerlas extensivas al resto de estudiantes.
La situación actual que estamos viviendo tiene un carácter extraordinario y repentino; estamos descubriendo, por vía de la necesidad, nuevas maneras de llevar a cabo nuestra profesión, con nuevos medios y nuevas plataformas. Hay que tener en cuenta nuestro objetivo de formar personas con unos valores adecuados y el camino recorrido hasta ahora. Por eso, es esencial que, en este nuevo planteamiento, la inclusión educativa tenga un lugar importante y el método que emplee la docencia incluya a todos y cada uno de sus alumnos.