Un solo documento ha conseguido algo que llevábamos años discutiendo: el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, ha convertido, en pocas horas, toda la docencia presencial que se realizaba en nuestras escuelas y universidades en docencia virtual. Sin transición, nos hemos convertido en un sistema educativo a distancia, al menos temporalmente.
Tras algunos días de desarrollo de este nuevo sistema educativo, hay dos conclusiones ya evidentes: en primer lugar, este estado de alerta y confinamiento en el cual nos encontramos nos ha servido para medir la profunda dedicación del profesorado de nuestro país a su misión educativa. En pocas horas los centros y los docentes han creado, con los medios que tenían a su disposición, una estructura que ha permitido a los estudiantes de todas las etapas educativas seguir con su aprendizaje. Dadas las dificultades, el simple hecho de haber podido conseguir que el lunes 16 de marzo nuestros chicos y chicas tuvieran noticias de sus docentes es ya casi un milagro.
Sin embargo, la segunda conclusión que nos deja esta situación es que nuestra ‘Escuela 2.0’ hace aguas por todos lados. La digitalización de la escuela se ha desvelado como un proceso parcial e insuficiente, más ligado hasta este momento a reforzar la presencialidad que a expandir el aprendizaje más allá del aula. En ese sentido, ahora sí podemos afirmar que el planteamiento ambiguo, dubitativo y conservador de la Administración (y parte del profesorado) en relación con una auténtica educación digital se ha hundido definitivamente pues ha generado que muchos centros y docentes hayan tenido que recurrir precipitadamente a plataformas y servicios que habían usado solo de manera superficial o limitada mientras que en casa no sabemos realmente con qué recursos cuentan nuestros estudiantes y sus familias.
Alumnado abrumado de tareas
Esta doble realidad tiene, además, un efecto colateral desafortunado. Ante la falta de instrucciones claras por parte de la Administración educativa, muchos estudiantes han recibido el primer lunes del confinamiento un auténtico ‘listado de deberes’ (en muchos casos una mera selección de actividades de sus libros de texto) como si estas actividades pudieran ahora convertirse en el eje de su actividad de aprendizaje. Sin embargo, no puede ser así: el paso de un sistema educativo presencial a una escuela digital no consiste en enviar por correo las actividades previstas para ser realizadas en clase con la esperanza de que se realicen, sin más, en casa.
Por un lado, transponer el horario de clase al horario de la vida confinada en el hogar es un error. Ni podemos garantizar que los estudiantes estén sentados a primera hora de la mañana delante de un ordenador, ni el horario escolar, prolongado e intenso, es sostenible en el hogar ni todos los hogares cuentan con los espacios, los dispositivos (ordenadores, tabletas, impresoras, etc.) o simplemente las personas que los estudiantes requieren para algunas de las tareas que se están asignando para estos días de confinamiento. El planteamiento ha de ser radicalmente distinto pero eso no quiere decir que complejo: consiste en recuperar la esencia del trabajo docente y poner en funcionamiento nuestro sentido común pedagógico ante esta inesperada situación de excepcionalidad.
Claves para la enseñanza ‘confinada’
En este sentido, si queremos prestar un buen servicio en estos días, tenemos que tener en consideración algunas claves para la enseñanza ‘confinada’:
• La información y las tareas que proporcionemos tienen que estar ‘racionadas’: es mejor poco y de calidad que mucho y pobre.
• Lo más importante ahora es centrarnos en los conceptos clave que queramos enseñar y proporcionar diversas maneras para acceder a ese conocimiento. Si no podemos resolver sus dudas presencialmente, siempre es mejor ofrecer distintas vías (un texto, un audio, un vídeo, una infografía) para comprender los conceptos clave.
• Las instrucciones que proporcionemos tienen que ser claras y exhaustivas: nuestros estudiantes no nos tienen a su lado para hacer preguntas y muchas familias quizás no puedan ayudar a sus hijos por distintas (y a veces dolorosas) razones.
• Tan importante como la actividad que encomendemos es la respuesta que demos a esas actividades: además de tu propia respuesta como docente, que es absolutamente necesaria, conviene utilizar actividades auto-evaluables, y evaluación entre pares, dos herramientas interesantes ahora y cuando volvamos al aula.
• La coordinación horizontal es fundamental en estos momentos: tu asignatura no es la única en este nuevo ‘currículo virtual’ y es importante que consideremos no solo la calidad de nuestro material sino qué cantidad de trabajo (y tiempo) está exigiendo cada docente. Si no lo hacemos, en breve nuestro alumnado y sus familias pueden acabar practicando la desobediencia civil y no hacer el trabajo que les asignemos.
• Finalmente, disponer de canales de comunicación no solo nos puede servir para enviar información o resolver dudas sino para algo mucho más importante en este momento: transmitir tranquilidad a nuestro alumnado, hacerle ver que la vida sigue y aportar un poco de normalidad en estos días de inquietud.
Asumámoslo: la situación es grave. Hay familias con personas enfermas o que pueden ir enfermando, muchas familias habrán perdido su empleo y todas, en general, están viviendo probablemente la situación colectiva de mayor estrés y preocupación que hemos experimentado en muchos años. Los equipos directivos y los docentes tienen que ser sensibles a esta dolorosa realidad. Estamos en medio de una complicada y dura lucha y tenemos que estar a la altura ofreciendo, ahora más que nunca, una educación de calidad para todos, en todas las circunstancias. El futuro, hoy más que nunca, depende de eso.
Muy buen artículo y oportuno.
Permiso para publicar en mi blog del colegio donde soy rector en Barranquilla Colombia.
Lo suscribo 100%.
Desgraciadamente no podemos pasar de una educación estructural del siglo XIX, o anterior, a una del siglo XXI sin transición. Espero que todo esto sirva de reflexión para el futuro.
Quizá ahora nos demos cuenta que en el proceso de enseñanza-aprendizaje muchas veces nos quedamos solo con el primer término. Enseñar, enseñamos, pero ¿aprenden los estudiantes? ¿todos los estudiantes? ¿nuestras enseñanzas llegan a todos? ¿cómo hacemos ahora el seguimiento? En estos momentos, más. Enviamos tareas, ¿y qué pasa después?
Herramientas hay, voluntad, más. Podemos ir configurando el futuro, pero ya no podemos cambiar el pasado. Tampoco el presente.
Una consideración. Es verdad que los servidores se cargan, que las herramientas no pueden "tragar" toda la carga de trabajo. Pero no vale quejarse. Eso para otro momento. Una frivolidad: nadie deja de ir a un bar a tomar una caña en hora punta por mucho que llegar a la barra sea más complicado que subir al Everest y que, una vez hecho el recorrido, no tienen el pincho que nos gusta. Pues eso, paciencia y sentido común. Diversificación y empatia. Cariño.
Gracias por iluminar este camino.
Un buen análisis. Me preocupan todas las edades pero especialmente de dos a siete años aproximadamente. No se habla sobre ellos y se encuentran n una etapa delicada para el confinamiento.
Desde Argentina te doy las gracias por tan esclarecedor artículo!!!! Seguiré tus tips. Saludos!!!
Que bien, excelente artículo. Un pequeño análisis al mismo: En mi apreciación, creo que este Prof. Fernando Trujillo, ha dado algunas pautas importantísimas para el desenvolvimiento educativo dentro del hogar, y cómo llevar adelante ese proceso educativo (si así pudiéramos llamar), fungiendo los padres y demás representantes como decentes de sus hijos; claro está, contando siempre con la ayuda pedagógica de los docentes que laboran en Instituciones Educativas, igualmente, con las herramientas educativas que existen hoy en día ( libros o textos de consulta, computadoras, impresoras, tabletas, televisión, Google, correos electrónicos, entre otros medios audiovisuales. A todos; docentes, alumnos, padres, representantes y demás personas, esta Pandemia nos tomó por sorpresa; es decir, el mundo entero quedo en show. Esto ha hecho, que no se hiciesen planificaciones a futuro en los planteles educativos; sea ésta, educación inicial, primaria, técnica, profesional y universitaria. En este sentido, el personal de Supervisión, Directivo y Docente, en esta situación tan excepcional, debe ser muy sensible, actuando con mucha paciencia, justicia y equidad a la hora de realizar cualquier evaluación al grupo de alumnos a su cargo, al regresar a sus lugares de trabajo (Dios quiera sea muy pronto).
Totalmente de acuerdo, hay que primar la calidad frente a la cantidad y tiempo requerido. La coordinación de los equipos educativos si en presencial es importante en la digital es esencial si no queremos que los alumnos y sus familias vivan en un estado permanente de estrés al sentirse presionado y agobiado por la cantidad de tareas y horario prolongado durante el tiempo de confinamiento.
Pues como comenta el profesor Fernando Trujillo Se precisa mucho sentido común pedagógico en el profesorado para recuperar la esencia del trabajo docente.
Para la mayoría de los países de todo el mundo, se hizo inevitable y se tomó como medida preventiva la suspensión de clases de muchos establecimientos educativos, con el fin de contener la propagación del virus COVID-19.
En ese orden y de manera abrupta, los docentes han tenido que diseñar nuevas estrategias, en las cuales se les siga permitiendo a sus estudiantes continuar con las actividades educativas planificadas.
En tanto que el artículo que motivo esta actividad destaca que la digitalización de la escuela se ha descubierto como un proceso insuficiente, razón por la cual este proceso de digitalización ha sido tomado como un proceso de refuerzo o apoyo a lo comúnmente establecido de educación presencial.
Es por eso, que este proceso de cambio, a resultado traumático debido a que el proceso de transición del plano presencial al virtual fue abruptamente acelerado.
El proceso de globalización ha permitido que las sociedades avancen a pasos agigantados y los procesos educativos no han sido la excepción, es por eso, que aquellos docentes que desconocían por completo este proceso de innovación digital, de alguna manera se han visto motivados (u obligados) hacer parte de este nuevo momento educativo
Por tanto, los planteles educativos, los docentes y estudiantes en conjunto deben propender por hacer del ambiente virtual no un simple apoyo desinteresado, sino un ambiente que brinde soportes educativos de manera permanente. De tal manera, que el cambio del plano presencial al virtual resulte gratificante y sin traumatismos.
Al parecer, esta pandemia de finales de 2019 e inicios del 2020, nos ratifica que como docentes y estudiantes debemos estar prestos a asumir los cambios que se presenten fuere cual fuere la situación, en ese orden, los procesos de aprendizaje deberán encaminarse y/o adaptarse al contexto en el que estemos.
Este cambio de modalidad educativa ha resultado traumático, difícil e inequitativo para muchos, por diversas razones, cobertura de internet, acceso a equipo de cómputo etc., sin duda ha generado inconvenientes, pero, también es el camino a la innovación y diseño de nuevas alternativas educativas que permitan a los establecimientos estar a la vanguardia de o que hoy exige el sistema educativo.
Brillante Reflexión. Es imprescindible en este momento pensar antes que actuar precipitadamente. Nuestros alumnos y alumnas tienen que percibir que los acompañamos , no que le ponemos una montaña inmensa de tareas rutinarias. Está dicho Fernando, hagámoslo y pidamos que nuestras administraciones organicen inteligentemente este momento. Por último esta realidad compleja nos induce a pensar que este es el tiempo de las competencias y no de los contenidos.
Enhorabuena
Me encantó, comparto lo expuesto. Soy de Argentina, trabajo como profesora, como maestra de apoyo escolar en diferentes niveles y acompaño a mis hijas pequeñas en sus tareas virtuales. Desde todos los roles me siento muy estresada, paso muchisimo tiempo frente a la computadora, con el celular en mano, haciendo, respondiendo, acompañando, planificando con limitados recursos que dispongo. Me preocupa el aprendizaje, la motivación para hacer las clases cuando a nivel social nos golpea este confinamiento y el miedo ... dificil
Compartir este tipo de artículos nos brinda la certeza de que muchas comunidades educativas estamos pasando por el mismo túnel que en estos momentos no le vemos el final.
Agradezco su solidaridad y permiso para compartirlo con mis docentes. Soy Director de una Preparatoria católica en la Cd. de México.
Abrazos fraternos.
Gracias
Un placer leer.
En un todos de acuerdo.
La planificación pedagógica presencial de las clases para este ciclo lectivo no pueden transferirse sin más al plano digital.
Comparto mas competencias , habilidades que contenidos
Gracias
Saludos
Desde Cañuelas
Buenos Aires
Argentina
Muy buen comentario a veces los directores dan órdenes de enviar tareas, contenidos, y es más perjudicial en nuestros países se estudia plan fin de semana y como no estábamos preparados y me atrevería a decir q estábamos atrasados en nuestros contenidos les subimos tareas tras tareas para ponernos al día e indicando q las queremos para martes o jueves y q el alumno se conecte entre semana, y llevamos oun control académico de q porcentaje logro conectarse, sin buscar opción para el alumno q es muy bueno en la clase presencial, pero en esta modalidad no tiene las herramientas ni la destreza de la tecnología, y más preocupante q le da pena decir q no pudo hacerlo porq se burlaran de el, y si la dirección imparte su capacitación los días de semana, cuando posiblemente tiene q trabajar porq sino dejara sin comer a su familia, y existen jefes exigentes al respecto, ojalá leyeran este mensaje, gracias por el aporte.
Que buen articulo felicidades permiso para compartir con mis compañeros
compartir esta información pero es importante destacar o resaltar que la educación no solo es mandar trabajos a los estudiantes y ya, se trata de desarrollar todas las dimensiones del ser humano creo necesario acudir a la ayuda de los padres es importante sensibilizar a los padres sobre la educación de sus hijos . en estos momentos necesitamos el apoyo de toda la comunidad
recordemos que la educación es compartida de la familia, escuela ,alumno y sociedad
Considero que el ministerio de educación nacional tomo las medidas pertinentes a tiempo ante la pandemia que estamos viviendo, una situación que ha generado una conducta disruptiva en nuestro proceso académico habitual, pero necesario como suspender las clases presenciales para proteger a la población infantil y adolescente, considerando su vulnerabilidad.
Por otro lado frente a la perspectiva que cada institución maneja de acuerdo a sus modelos pedagógicos, considero que las acciones que deben gestar en estos momentos en un cambio en cuanto al currículo, es ser mas flexibles y creativos a la hora de implementar nuevas estrategias, que permitan a los estudiantes obtener un aprendizaje con mas libertad y espontaneidad, ya que no se puede pretender seguir con el mismo método de la educación presencial, implementar el mismo contenido de la misma manera que dentro del aula de clases, para ellos se debe hacer una adaptación curricular ante la situación actual que ha generado esta pandemia.
Es increíble cómo en todos los países ocurre este dilema si muchas o pocas actividades, si es mejor calidad que cantidad, amén de otra sarta de incoherencias. ¡dejen a los niños en paz, chingao!...NO va pasar nada por "perder" 2 meses de clase. Despréndanse de su capa de súper maestros, no, no son indispensables en la formación de una persona. Ya, ya bajen de su nube, ubiquense...lo que no se aprende en la escuela, te lo enseña la vida misma. Vinimos a esta vida a ser felices, no a estar cumpliendo caprichos de un ministerio y autoridades educativaw. Hay niños que se han suicidado por exceso de tareas o por el estrés generado por no dominar la educación virtual. Dejemos a los niños que jueguen, dibujen, recorten, coloreen, que hagan un pastel, qye ayuden a pintar la casa, que vean televisión... incluso, que se aburran y que ellos mismos busquen en que distraerse. Siempre -cuando ses posible- bajo la vigilancia de los papás. Entiéndanlo, NO PASA NADA si el niño no hace tareas pedagógicas en dos meses.