Con frecuencia viene a mi mente un comentario de uno de mis maestros de la EGB: “Nunca olvidéis que sois una generación privilegiada. Vivís en una democracia y en uno de los periodos de paz mundial más largos que ha vivido la humanidad”. Sin perder de vista la buena voluntad de este docente del que sólo puedo tener buenas palabras, no hay que olvidar que, aunque no nos tocara de cerca, ya en los años 80 había innumerables guerras en todo el mundo y hoy todavía siguen existiendo: se estima que continúan activos casi 60 conflictos en el mundo en los que hay involucrados cerca de 100 países; la mayor cantidad desde la II Guerra Mundial. El mundo sigue siendo un polvorín de inestabilidad. 

El papel de la educación en la realidad actual

Pero si he vuelto a acordarme de la frase de mi maestro ha sido por los momentos tan complicados a los que hoy día tenemos que enfrentarnos como humanidad. Sin llegar a la barbarie que supone un conflicto global, los retos sí son, en mi opinión, muy significativos y preocupantes para nuestro futuro. Me estoy refiriendo, por ejemplo, al imparable cambio climático que amenaza con destruir el planeta. Pero también a la irrupción de unas élites tecnológicas que cuentan con el control de los algoritmos, dominan la IA y poseen millones de datos de todos nosotros: con este poder amenazan con dilapidar la democracia tal y como la conocemos hasta la fecha. Incluso a la implantación progresiva e imparable de un capitalismo salvaje que aumenta las desigualdades sociales de forma exponencial, hasta el extremo de que todo pertenece al ámbito del mercado y debe ser susceptible de generar máximos beneficios.  

educación editorial

En este contexto de inestabilidad y de incertidumbre en el que vivimos instalados, la educación de las futuras generaciones cobra un protagonismo superlativo. La labor de liderazgo de los equipos directivos de los que hablamos en uno de los reportajes de este número y de, por supuesto, los propios docentes en su día a día en las aulas se revela como primordial para concienciar al alumnado de todos estos retos y de los que están por llegar, para que aprendan a  hacerles frente. Los centros educativos tienen que transformarse más que nunca en espacios donde florezca el conocimiento, el análisis, el pensamiento crítico, la ética, el debate, la conciencia ecológica y, por supuesto, donde se fomenten todos los valores que permitan entre todos revertir todas las adversidades. 

Este editorial se publicó en el número 57 de la revista impresa de EDUCACIÓN 3.0. Si quieres recibirla accede a nuestra tienda online y consíguela aprovechando el 20% de descuento en la suscripción anual utilizando el código EDUCACION57.