La reciente inversión de 76 millones de euros que ha hecho el gobierno español en la digitalización de las universidades españolas, sumado a la aceleración de la misma causada por el coronavirus al trasladarse abruptamente la formación presencial al ámbito online, pone de relieve la necesidad de apostar por la tecnología también en el ámbito educativo.
Hoy, gracias al levantamiento de la mayoría de las restricciones, la enseñanza presencial ha regresado a la universidad, aunque tanto educadores como estudiantes se sienten más cómodos que nunca con la enseñanza, el aprendizaje y la evaluación online.
Tecnología en las aulas
Esta inversión del gobierno beneficiará directamente a los estudiantes, dándoles una introducción temprana a la tecnología más sofisticada y enseñándoles el valor de la autoría original a medida que se adentran en la vida laboral y se preparan para un mundo cada vez más conectado.
Si bien las aulas ya eran en parte digitales, la pandemia aceleró el proceso de digitalización de las universidades españolas, que no tuvieron más remedio que trasladar rápidamente sus operaciones a la red y adoptar la tecnología digital para poder seguir enseñando a los estudiantes y llevando a cabo su labor de investigación.
Desventajas y beneficios de la tecnología
Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, todavía sigue habiendo una gran brecha digital, especialmente cuando se trata de la velocidad y el grado en que las universidades españolas han progresado en la adopción de la tecnología.
Mientras que algunos estudiantes son capaces de aprovechar la tecnología tanto para fines personales como académicos, otros pueden encontrar algunos procesos más difíciles debido a la falta de implementación de soluciones tecnológicas adecuadas.
Los beneficios de utilizar la tecnología adecuada también son muy importantes para el personal docente. Las aplicaciones de software educativo pueden agilizar los procesos de evaluación para ayudar a los educadores a dedicar más tiempo a la enseñanza presencial y de calidad con los estudiantes, reduciendo la carga de trabajo general y proporcionando más valor tanto a los tutores como a los estudiantes.
Ley de Convivencia Universitaria
Por supuesto, el creciente uso de la tecnología no está exento de inconvenientes. Las formas en que, por ejemplo, los estudiantes pueden hacer pasar trabajos copiados por originales se han vuelto muy sofisticadas, gracias a la proliferación de trabajos en Internet, la facilidad con que se pueden cortar y pegar las respuestas, e incluso el uso de empresas que ofrecen sus servicios para realizar trabajos a cambio de dinero. Impedirlo y preservar la integridad académica es vital para el éxito y la reputación de las universidades españolas, como pone de manifiesto la reciente aprobación por parte del Consejo de Ministros del anteproyecto de Ley de Convivencia Universitaria.
La Ley de Convivencia Universitaria pretende dotar a las universidades públicas de toda España de un marco común y un enfoque democrático para la resolución de conflictos a la hora de evaluar y tratar las sospechas de mala conducta académica. Se trata de un paso fundamental para ayudar a preservar la integridad académica, fomentando la mediación y la prevención en lugar de recurrir a métodos punitivos, dando así a los estudiantes la oportunidad de aprender de sus errores. Al combinar las soluciones tecnológicas con la enseñanza cara a cara, los estudiantes y los educadores trabajan juntos para comprender y defender la importancia de la autoría original.
La Ley también refuerza una prioridad para las universidades y las instituciones educativas: ayudar a los estudiantes a adquirir las habilidades adecuadas a lo largo de sus estudios para poder desarrollar y presentar trabajos originales.
Valor de la autoría original e integridad académica
Las herramientas digitales adecuadas pueden ayudar a los tutores a introducir proactivamente marcos de evaluación que enseñen el valor de la autoría original. Estas soluciones, junto con las conversaciones en el aula, contribuyen a enseñar a los estudiantes las mejores prácticas para la presentación de trabajos académicos, guiándolos por el camino correcto para obtener mejores calificaciones y una experiencia de aprendizaje más enriquecedora.
Ahora que las universidades, los profesores y los estudiantes se sienten más cómodos con la digitalización, y con el énfasis en la autoría original que la Ley pretende mantener, la educación superior en España está preparada para un futuro brillante.
La defensa de la integridad académica, con las herramientas y la inversión adecuadas, significa que las universidades de todo el país pueden hacer aún más para enseñar a sus estudiantes el valor del trabajo original.
Aunque ahora el panorama académico es muy diferente al que teníamos antes de la pandemia, el aprendizaje sigue siendo la esencia de la experiencia universitaria (tanto para los estudiantes como para los educadores), así que cuanto mejor lo hagamos, mejor para todos los implicados.