La resiliencia se define como la capacidad de doblarse, sin llegar a romperse, ante la presión y la adversidad, saliendo reforzados de ellas. Por lo tanto, es la habilidad que tenemos las personas para afrontar y salir fortalecidos de las situaciones adversas. Te mostramos cómo desarrollar la resiliencia.
En el entorno educativo, la resiliencia no solo mejora el aprendizaje sino que, además, evita patologías y problemas psicológicos como la ansiedad, la baja autoestima o la falta de habilidades sociales. De ahí la importancia de desarrollarla entre los estudiantes mediante actividades concretas, tanto en el ámbito educativo como en el familiar.
Características de los resilientes
De los diversos estudios realizados en personas con aspectos resilientes se han destacado tres características principales:
- Aceptan la realidad tal y como es, creen firmemente que la vida tiene sentido y tienen una inquebrantable capacidad para mejorar.
- Son responsables, conscientes de las obligaciones y practican la empatía poniéndose en el lugar del otro, siendo más tolerantes y comprendiendo los sentimientos de los demás.
- Saben nombrar sus sentimientos, son resolutivos tomando decisiones, menos ansiosos y tienen menos miedos.
Cómo trabajar la resiliencia en la escuela
Existe una relación directa entre el aprendizaje y la resiliencia, llegando a producirse problemas de fracaso escolar o absentismo por la falta de esta capacidad. Así, los estudiantes poco o nada resilientes no creen en sus posibilidades, tienen baja autoestima, cuentan con más miedos que el resto de sus compañeros y, generalmente, son más ansiosos. Todo esto, indudablemente, afecta a su aprendizaje. Además, el desarrollo de la resiliencia requiere un trabajo cognitivo que tiene un efecto positivo en el ámbito educativo.
En los centros educativos se puede y se debe trabajar la resiliencia, por ejemplo, a través del deporte. Los juegos permiten un desarrollo integral del estudiante a nivel cognitivo, social, motor y afectivo. Si conseguimos desarrollar distintos valores personales y sociales a través del deporte, estaremos mejorando la resiliencia del alumnado que lo practica.
Trabajo transversal
Otros aspectos que se pueden trabajar en el aula para fomentar la resiliencia en los estudiantes son la empatía, la resolución de problemas o la utilización de pensamientos positivos. Y todo esto se puede trabajar de modo transversal teniendo en cuenta que las actividades a realizar dependen de las edades de los alumnos con los que estamos trabajando.
Por ejemplo, para poner en práctica la empatía con el alumnado de 3 a 6 años podemos darles fichas con caras en blanco y que ellos dibujen una cara alegre, una cara triste, una cara asustada… Y a continuación pensamos con ellos situaciones en las que las personas pueden vivir cada una de estas emociones.
A partir de los 6 años es muy importante trabajar la comunicación y a partir de los 12 años en adelante es imprescindible hacerlo. Orientado a estos niveles educativos, propongo un ejercicio sencillo: fomentar diálogos y debates en clases e invitar a que participen todos aprendiendo a escuchar, a respetar el turno de palabra, a expresar libremente lo que piensan, a entender las opiniones de los demás, a razonar, a cambiar de opinión, deducir o intuir.
- Rivero López, Rocío (Author)