Novakid apuesta por el método Total Physical Response para el aprendizaje del inglés como segundo idioma para los niños entre 4 y 12 años. Este método, avalado por expertos en el mundo de la educación para las clases virtuales, es un sistema de aprendizaje basado en la inmersión lingüística individualizada y adaptada a cada alumno, fomentando la expresividad e interacción con el niño.
Destacamos cinco consejos fáciles de poner en práctica para que los niños puedan mejorar su conversación en inglés.
Practicar el idioma con nativos
Uno de los consejos más útiles para que los más pequeños se lancen a hablar un idioma que no es el suyo es compartir conversaciones con nativos, en las que no tengan más remedio que utilizar el idioma. De este modo, escuchando e imitando al hablante nativo, se fomenta la fluidez y se permite al niño perfeccionar y corregir las expresiones y palabras que utiliza, además de ofrecer al alumno propuestas de mejora tanto gramaticales como de vocabulario.
Adaptar la conversación al nivel del alumno
La conversación con profesores nativos debe estar adaptada al nivel del dominio de la lengua por parte del menor, ya sea a desde el punto de vista estructural como del vocabulario. Si el alumno tiene un nivel básico es recomendable proponer conversaciones sobre descripciones: uno mismo, algún objeto, un lugar,… Se trata de conversaciones que tienen estructuras muy definidas y son perfectas para practicar vocabulario de ámbitos concretos. Tienen frases cortas, estructura simple y se utilizan tiempos verbales más sencillos.
Si, por el contrario, el estudiante tiene un nivel intermedio, sería recomendable incorporar conversaciones que obliguen al alumno a dar su opinión sobre alguna cosa que le guste o le disguste. En este sentido, se incorporan frases y expresiones que establecen la conversación en diferentes cambios semánticos, incrementan el vocabulario y dan más juego a la conversación.
Finalmente, si el alumno ya tiene un nivel avanzado, la conversación se podría modelar como una entrevista o la exposición de un tema de su elección. En el caso de las entrevistas, se necesita un dominio más extenso de vocabulario y una mayor rapidez a la hora de contestar las preguntas. Por otro lado, las entrevistas ofrecen la oportunidad al estudiante de ir cambiando de formas verbales, formar frases argumentativas y de conclusión agilizando el habla y el entendimiento.
Aprender expresiones
Otra recomendación es la de aprender expresiones que puedan ser utilizadas con frecuencia en cualquier conversación. Esta recomendación se puede desarrollar tanto para niños como para adultos, ya que adquirir este tipo de conocimientos ofrece al participante fluidez y agilidad en el habla. Siempre es más fácil recordar una expresión ya creada, ‘una muletilla’, que hacer el esfuerzo de construir una oración completa. Por ejemplo, los propios ingleses usan más ‘How’re you doing?’ en lugar de ‘Hello, how are you?’. Otros ejemplos podrían ser ‘nevermind’, ‘see you soon/later’, ‘as soon as posible’, ‘are you kidding?...
Canciones, películas y juegos
Para ganar fluidez en las conversaciones, otro consejo es visualizar películas y series en inglés, subtituladas o no, desde una edad muy temprana. De este modo se van adquiriendo sonidos, pronunciaciones y las expresiones que comentábamos anteriormente, además de interiorizar los momentos en los que es adecuado utilizarlas, así como el tono en que expresarlas.
Otro beneficio es mejorar la pronunciación y, con el tiempo y la variedad de contenidos, los diversos acentos y maneras de pronunciar que hay, es decir, poder identificar el inglés americano o el inglés británico.
Por su lado, las canciones (adaptadas a su edad), la posibilidad de escucharlas en inglés, tratar de entenderlas e interiorizarlas ayuda mucho en la mejora de la pronunciación, y poco a poco a relacionar el vocabulario y las expresiones. Las canciones de las películas infantiles, por ejemplo, acostumbran a tener versiones en cada idioma, así se favorece que el menor aprenda vocabulario.
Otra sugerencia a seguir son los juegos. Si se plantea bien el objetivo, jugando se puede aprender desde el primer momento, explicando las normas o bien con las interacciones dentro del propio juego (por ejemplo: ‘cambio de turno’, ‘te toca’). Actividades lúdicas que tienen como su eje central la conversación pueden convertirse en dinámicas entretenidas que facilitan que el alumno se suelte y se atreva a hablar.