En el momento de planificar un viaje con niños es importante tenerles en cuenta y hacerles partícipes para que ellos también disfruten. Una buena forma de conseguirlo es buscar destinos que les resulten interesantes, al mismo tiempo que aprenden o afianzan contenidos aprendidos en clase. La prehistoria es una materia incluida en el programa escolar y una buena excusa para organizar una escapada a alguno de estos destinos para aprender sobre la Prehistoria aptos para pequeños y jóvenes.
Dinópolis (Teruel)
Los niños sienten una fascinación especial por los dinosaurios, así que planificar una visita a Dinópolis es éxito seguro . El complejo está formado por un parque principal a muy poca distancia de la ciudad de Teruel y otros siete centros ubicados en distintas zonas de la provincia. El primero de ellos es el más grande, cuenta con uno de los museos paleontológicos más grandes de Europa, un tren para realizar un viaje en el tiempo y con varias zonas de actividades, como un cine 3D.
Cueva de Covalanas (Cantabria)
Después de la de Altamira, esta cueva de arte paleolítico fue la segunda que se descubrió en Cantabria. Está ubicada en el término municipal de Ramales de la Victoria. Cuenta con dos galerías de reducidas dimensiones, lo que facilita la visita con niños que es guiada y dura unos 45 minutos. A pocos metros de la entrada, aparecen las pinturas de las primeras formas de animales. Entre ellas hay varias ciervas, un ciervo, un caballo y un uro, además de otros signos, puntos y líneas.
Parque de la Prehistoria (Asturias)
Visitas teatralizadas, talleres en los que se aprende a pintar como un habitante del Paleolítico, a fabricar utensilios e incluso una lámpara prehistórica son algunas de las actividades que organizan para un público familiar con niños de 4 a 11 años en este Parque de la Prehistoria. Ubicado en la localidad asturiana de Taverga, también ofrecen varios juegos para conocer a los animales del parque y cuenta con reproducciones de algunas cuevas, como la de Tito Bustillo.
Parque Arqueológico Minas de Gavà (Barcelona)
Aprender cómo era la vida cotidiana hace 6.000 años es la propuesta de este parque arqueológico creado a partir de las minas prehistóricas descubiertas en la localidad de Gavà, en Barcelona. En su origen estaban destinadas a sacar un material precioso con el que se fabricaban joyas, de las que se pueden ver algunos ejemplos en el museo de estas mismas instalaciones o aprender cómo se creaban estos objetos. Al final del recorrido, hay un espacio con juegos interactivos para comprobar cuánto se ha aprendido sobre el Neolítico.
Yacimiento de Atapuerca (Burgos)
En esta selección no podía faltar el Yacimiento de Atapuerca, Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000 y donde se han localizado algunos de los restos humanos más antiguos de la Península Ibérica. A poco más de 15 kilómetros de la ciudad de Burgos, la visita transcurre por la Trinchera del Ferrocarril, un paso artificial que lleva a los tres yacimientos abiertos al público: la Sima del Elefante, Galería y la Gran Dolina.