¿Cómo sería la reacción de los alumnos si un robot entrase en el aula y se presentase como su nuevo compañero? ¡Sorpresa y curiosidad! Estas son las dos reacciones que tuvieron los estudiantes de Primaria del Colegio Europeo de Madrid al ver al nuevo ‘alumno’ que les iba a acompañar durante el curso escolar.
Esta iniciativa va más allá de disponer de un dispositivo de entretenimiento en el aula: persigue que los alumnos interactúen con él integrados en una metodología adecuada. “El objetivo principal del proyecto es comprobar que este tipo de tecnología puede funcionar en el aula. Igual que antes lo hicieron las PDI, las tabletas o, incluso, ahora la Realidad Virtual, un robot puede servir para crear nuevas líneas de aprendizaje”, afirma Jorge Calvo, profesor y responsable de Tecnología e Innovación del centro.
Otra parte del reto de este proyecto piloto consiste en averiguar si es escalable en el futuro no solo de forma horizontal, sino también vertical, adaptándolo a las diferentes asignaturas y niveles educativos del centro. Por el momento, están trabajando la integración de las asignaturas por medio de actividades concretas. “Es fundamental la comunicación con el profesor que imparte la asignatura y que debe estudiar cómo el robot se adapta al ritmo del aula, nunca al revés”, comenta Calvo.
¿Qué aportará un robot en el aula?
Durante este curso, estará presente en las aulas de Primaria, Secundaria y Bachillerato. El robot se configurará y personalizará para que se adapte a las necesidades académicas de cada aula. En el caso de los estudiantes más jóvenes, ya han empezado a interactuar con él desde el ámbito emocional haciéndole preguntas y obteniendo sus respuestas.
Mientras, en los cursos de Secundaria y Bachillerato, su uso se abordará desde el punto de vista tecnológico, invitando al alumnado a participar en el desarrollo y la programación del robot con un fin didáctico.
Pero los beneficios de la robótica no parten de la tecnología en sí misma, deben tener un soporte docente detrás que ayude y la convierta en una herramienta útil. “El recurso tecnológico más novedoso no nos garantiza un aprendizaje si no está basado o integrado en una metodología de aula”, mantiene Calvo, aunque también tiene claro que “los robots tienen ganado factores como la motivación y la curiosidad con su mera presencia”.
Una tecnología que no está al alcance de todos
Disponer de un robot de este tipo no es posible para la inmensa mayoría de los centros. En este caso, la posibilidad ha surgido gracias a una empresa de robótica que quería estudiar de qué manera se podía integrar este tipo de dispositivos en la educación. “Nos han cedido el robot para trabajar con él. En mi opinión es un gran paso que se tenga en cuenta a la educación y se den facilidades para que los docentes podamos contar con estas tecnologías en nuestras aulas”, afirma el docente.