En febrero de 2012, un joven equipo de trabajo liderado por Eben Upton lanzó al mercado la primera Raspberry Pi, un minúsculo y 'coqueto' ordenador de sólo 35 dólares. Decimos bien: un ordenador completo, del tamaño de una tarjeta de crédito, pero con la capacidad de ejecutar un sistema operativo completo de tipo Linux.
A este primer modelo, llamado Raspberry Pi Model B+, le siguió el Model A por 25 dólares, que se presentó un año después. Se vendieron varios cientos de miles de unidades en pocos meses, y consiguieron encandilar al público por sus posibilidades, tamaño, escaso consumo energético y atractivo precio. ¿Y si Raspberry Pi fuese el dispositivo ideal para educación?
Bueno, bonito y barato
Por una inversión de unos 35 dólares (en Europa suele adquirirse por unos 40-45 euros, Amazon España), Raspberry Pi ofrece lo suficiente para tener un ordenador completo en la palma de la mano.
Con RPI tan sólo se necesita conexión a la red eléctrica —sirve con un cargador de móvil de 1 amperio, que son la mayoría— y los periféricos y accesorios habituales: monitor, teclado y ratón. Por otro lado, dadas sus dimensiones (8,6 x 5,7 centímetros) el espacio deja de ser un problema.
El último modelo, llamado Raspberry Pi 3 Model B, también incluye WiFi, mientras que los anteriores requerían de una conexión cableada (el estándar Ethernet) o de un accesorio WiFi que debía conectarse en uno de sus puertos USB.
Para los menos puestos en esta materia, puede decirse que Raspberry Pi es muy parecido a un smartphone, pero en 'formato escritorio'. Sus componentes se basan en arquitecturas heredadas de ellos, y esta es precisamente una de sus características principales que lo hacen tan económico. Obviamente no tiene la capacidad de un PC tradicional y no puede ejecutar los últimos juegos del mercado, pero desde luego sí permite realizar tareas esenciales.
Las posibilidades del software
Uno de los grandes atractivos de Raspberry Pi es su comunidad, que genera programas de lo más variopinto. Básicamente, al no incluir un disco duro interno el almacenamiento se basa en tarjetas SD donde se instala el sistema; de esta forma es posible tener diferentes tarjetas SD con distintos sistemas operativos.
https://www.youtube.com/watch?v=aQPowQJodIE
Raspberry Pi se basa en Linux. De las versiones disponibles para RPI tal vez la más conocida sea Raspbian, una modificación de Debian especialmente optimizada para la Pi; no obstante en la web oficial hablan narran cómo instalar otras opciones, que incluyen Ubuntu, Risc OS, los multimedia OSMC y OpenElec e incluso una versión específica de Windows 10 para el mundo IoT.
KANO OS, el caso práctico
KANO OS es un sistema para Raspberry Pi especialmente enfocado a educación y se define como "un sistema operativo open-source para la exploración, la creación y el juego".
Una vez instalemos y arranquemos KANO OS por primera vez nos encontraremos con un sistema operativo especialmente diseñado para chavales jóvenes, con una interfaz atractiva basada en el color y muy sencilla de utilizar. El usuario podrá registrarse para guardar sus avances en la nube y poder conectarse desde cualquier otro dispositivo, en cualquier otro lugar; existe una importante base de gamificación para cautivarles y así descubrir sus posibilidades.
¿Y cuáles son éstas? En KANO OS encontraremos instalado por defecto aplicaciones para aprender programación para crear música o para dibujar. Mención especial para Make Minecraft, una versión modificada del Minecraft original —ya de por si una excelente opción para educación— que permite que lo programemos con Python o a través de un lenguaje gráfico basado en bloques muy sencillo de utilizar.
En cuanto a KANO OS, si tienes tu propia Raspberry Pi y quieres probarlo tan sólo tendrás que descargarlo desde su página web; si te interesa todo esto pero aún no tienes el dispositivo quizá te interese echarle un vistazo a KANO, el ordenador que se monta y que se basa en RPI. Esencialmente es un kit que incluye todo lo necesario para montar las diferentes piezas y conectarlo a una pantalla para empezar a usarlo.