El 59% de los adolescentes esconde su actividad en Internet: limpian su historial de navegación, cierran o minimizan el explorador cuando sus padres están cerca, navegan en modo incógnito, borran mensajes de chat y vídeos, e incluso emplean otros dispositivos y mienten u omiten detalles sobre lo que están haciendo en la red. Esta es una de las conclusiones de la encuesta Life Behind the Screens of Parents, Tweens, and Teens: McAfee's Connected Family Study que constata que, en muchos hogares, los padres desconocen qué hacen sus hijos cuando se conectan a Internet. Y aunque los expertos no se sorprenden ante esta realidad y entienden que los adolescentes se muestren reservados sobre su actividad en línea, advierten sobre la necesidad de protegerlos frente a posibles riesgos como el ciberacoso, el robo de cuentas online y el uso no autorizado de datos personales.
“Las continuas noticias de acoso escolar, phishing o estafas, muchas veces con consecuencias dramáticas, no hacen más que alarmar a la sociedad, que se pregunta qué puede hacer", reconoce Albert Jové, profesor colaborador de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Y a pesar de que, en su opinión, no existen fórmulas mágicas para resolver este problema, recomienda adoptar actitudes y tomar medidas que reduzcan los riesgos como estas:
Hablar
Para proteger a los menores sin impedir el acceso a Internet y a las redes sociales es adecuado establecer una relación de confianza entre los adolescentes y los padres (que no deben actuar como policías ni como colegas). El objetivo es que los primeros perciban a los segundos como personas que les ayudan ante los retos a los que se enfrentan y tengan la certeza de que, si cometen un error, les apoyarán para solventarlo.
Formación
Tener conocimientos sobre la seguridad en Internet es otro aspecto importante para proteger a los menores y, por tanto, los padres deben formarse para tener mayor control sobre dónde se ‘mete’ su hijo y valorar riesgos.
Predicar con el ejemplo
También ayuda el hecho de que los padres y las madres sean coherentes y den ejemplo en casa, evitando subir fotos continuamente en las redes o sabiendo desconectar de Internet.
Educar a los adolescentes en la mirada crítica
Explicar a los menores que el hecho de que algo esté publicado en Internet no significa que sea cierto ayuda a protegerlos de potenciales riesgos. Por eso, hay que enseñar a los adolescentes a contrastar siempre las fuentes en la medida de lo posible.
Precauciones en la vida real y en la digital
Es importante hacer entender a los menores los motivos para no proporcionar ningún dato personal a desconocidos en la red. Para ayudarles a comprenderlo y ser precavidos, es posible utilizar el siguiente ejemplo: si no le darían nunca su dirección a un desconocido en la calle, tampoco tienen por qué hacerlo en Internet.
Seguridad en los dispositivos
Otra regla básica es hacer uso de herramientas de seguridad en los dispositivos, desde antivirus a softwares de control parental, gestores de contraseñas, VPN… En este punto, el estudio Estar en línea: Niños y padres en Internet, elaborado por Kaspersky, confirma que el 48% de los padres utiliza actualmente herramientas de control parental.
Cuidado con la información sensible
En todo momento hay que prestar atención a lo que publican los menores en redes sociales, así como saber qué contactos tienen y el nombre de usuario que utilizan. Además, es fundamental transmitirles las posibles consecuencias a la hora de subir determinados contenidos o fotos ‘sensibles’ a Internet, haciéndoles entender que es posible que ese material no desaparezca nunca de la red.
Advertencia frente a amenazas
Igualmente, es esencial que los adultos expliquen a los adolescentes cómo deben actuar ante posibles amenazas. En esas situaciones, la recomendación es evitar responder a mensajes amenazantes, acosadores o que incomoden, y dejarles claro que deben comunicar estos hechos para poder prestarles apoyo.