Aunque el 73% de los padres españoles consideran que se debería enseñar programación en el aula, España sigue sin contar con un plan de estudios nacional que la incluya en los colegios. Por su parte en países como Estonia o China cuentan con proyectos para enseñar a los niños a escribir código. ¡Los repasamos!
“Todo el mundo debería aprender a programar. Es como estudiar derecho, no digo que todo el mundo tenga que ser abogado pero es útil porque te ayuda a pensar de una cierta manera, de la misma manera que la programación te obliga a pensar de otra. Todo el mundo debería tomar uno o dos años de su vida aprendiendo a programar”, afirmaba Steve Jobs en esta vieja entrevista. Grabado en los 90, sus palabras era un presagió de lo que piensan muchos docentes en la actualidad. No solo ellos, también los padres. Así lo revela un estudio realizado a más de 2.000 padres: un 73% de ellos consideraron que se debería enseñar programación en el colegio.
Aunque la Agenda Digital Europea marcara la alfabetización digital como uno de sus siete pilares, esta misma encuesta desveló que tan solo un 5% de los alumnos de Primaria y un 16% de los de Secundaria encuestados utilizaba dispositivos digitales para programar mientras que, por su parte, un 24% admitía conocer algún lenguaje de programación (siendo Scratch el más popular). Una cifras, que aunque mejoran año tras año, sitúan a España por detrás de otros países como China o Reino Unido.
Los países más innovadores
Aunque apenas supera el millón de habitantes, Estonia es uno de los más desarrollados tecnológicamente del mundo. La nación que vio nacer Skype y cuyo gobierno fue el primero de la Unión Europea en ofrecer una oficina electrónica para realizar cualquier trámite. En este contexto nació en 2012 el proyecto ProgeTiiger, que tiene la finalidad de enseñar a los niños de entre siete y diecinueve años a escribir código. Además, los centros que eligen digitalizar sus aulas reciben financiación por parte del gobierno para el equipamiento o para la formación de los profesores.
Por su parte, Reino Unido ha seguido los pasos de Estonia y desde 2014 incluye la programación en los colegios, incluso desde Educación Infantil: con cinco años descubren sus fundamentos y a los once aprenden, al menos, dos lenguajes de programación.
Durante la ‘Computer Science Education Week’ de 2013 Barack Obama pedía a las nuevas generaciones que no se conformaran con comprar videojuegos, sino que crearan uno, que no se descargaran una aplicación, que la diseñaran. Por ello lanzó Computer Scince for all, una iniciativa que pretende que todos los estudiantes aprendan ciencias de la computación y adquieran las habilidades de pensamiento comunicacional necesarias para poder ser creadores en la economía digital, no solo consumidores. Además, apoyan proyectos como la Hora del Código y cuenta con varios centros innovadores que aplican esta materia en su currículo escolar, tal y como señala el informe Programación, robótica y pensamiento computacional en el aula. Situación en España, desarrollado por Intef y el Ministerio de Educación.
Con políticas educativas distintas a las del gigante americano, Singapur sigue con su proyecto de convertirse en el ‘país más inteligente del mundo’ y, en esta línea, apuestan por incluir el código desde la infancia. Desde que entran en la Educación Infantil con tres años desarrollan el ‘computational thinking’ y, con seis años (en la etapa de Primaria) empiezan con Scratch.
Mientras, China si ha aplicado las palabras del fundador de Apple: el gobierno incorpora desde 2016 un plan para que se estudie desde los 6 años y se vaya implementando en niveles superiores a medida que se hacen más mayores. Así, a los 11 años tienen ya clases de robótica y cuentan con optativas de diseño 3D.
Finalmente, y aunque Finlandia sea uno de los países con mejor sistema educativo del mundo, llevan cierta lentitud en la introducción de la programación en la escuela. En 2014 la incluían en su currículum pero no entró en vigor hasta septiembre de 2016. Estos dos años permitieron a los profesores formarse en esta materia. Para ello, el gobierno invirtió 8,5 millones de euros. Además, las Universidades ya incluyen programas de código en Magisterio. Ahora, los estudiantes no cuentan con una asignatura específica, sino que estos contenidos se introducen en otras áreas como las Matemáticas.