La Formación Profesional está viviendo en los últimos años un impulso que busca fortalecer este tipo de formación que durante décadas se ha mantenido a la sombra de los estudios universitarios. Desde el curso 2017, el número de matriculaciones en esta rama formativa ha aumentado en un 19,5%, provocando que muchos centros públicos hayan agotado sus plazas en tiempo record. Además, el Gobierno prevé que para el año 2025, la mitad de las oportunidades de empleo sean para trabajadores con cualificaciones medias, es decir, técnicos y técnicos superiores.
En este contexto se aprobó el pasado mes de marzo la nueva Ley Orgánica de Ordenación e Integración de la nueva Formación Profesional que ha traído consigo una reforma cuyo principal objetivo es mejorar la empleabilidad de jóvenes y no tan jóvenes. "El desempleo afecta hasta 6 veces menos a aquellas personas con estudios en la nueva Formación Profesional", señala la Ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, que califica esta nueva ley como ‘estratégica’ para tratar de disminuir la tasa de paro juvenil. El camino parlamentario para aprobar la nueva ley ha sido largo, pues su primer borrador se presentó en junio del año 2021 cuando Isabel Celaá representaba esta cartera ministerial, pero ya se encuentra en vigor.
Toda la FP será dual
El principal cambio respecto a la FP anterior es que ahora toda su oferta tendrá un carácter dual e integrado. Esto implica que el alumnado combina la estancia en el centro educativo con prácticas obligatorias en empresas del sector que serán también responsables de la formación de los estudiantes. Con respecto a la integración, el cambio reside en que ya no habrá una diferenciación entre FP del sistema educativo, que estaba dirigida a jóvenes, y FP para el empleo, cuyo perfil eran los adultos.
Además, otra de sus características es que se divide en dos tipos: la nueva Formación Profesional Dual general, con un periodo de estancia en empresa de entre el 25% y el 35% de la duración total de la formación, y el compromiso de la empresa de asumir hasta un 20% de los contenidos y resultados de aprendizaje del currículo. Y por otro lado, la nueva Formación Profesional Dual avanzada, con una formación en empresa entre el 35% y el 50% de la duración total de la formación, así como la impartición por parte del centro de trabajo de hasta un 40% de los módulos profesionales del currículo.
El contacto con la empresa tendrá lugar a partir del primer trimestre de formación y cada estudiante deberá disponer de un plan personalizado. Como novedad se incorpora la figura del tutor dual del centro y del tutor dual de empresa que llevarán a cabo, entre otras tareas, la evaluación de los aprendizajes del alumnado en cada uno de sus respectivos espacios, aunque la evaluación final será responsabilidad del centro educativo. Además, por primera vez los alumnos de FP Dual cotizarán en la Seguridad Social durante su periodo de prácticas y tendrán que firmar un contrato con las empresas.
Diferentes grados de especialización
La nueva normativa establece también una oferta modular y flexible que permite progresar a través de cinco grados ascendentes. De esta forma, se da la opción al alumnado de diseñar y configurar sus propios itinerarios adaptados a las expectativas profesionales, las circunstancias personales o las necesidades laborales.
- Grado A. En este grado se encuentran las ofertas más básicas que garantizan la obtención de una acreditación parcial de competencia.
- Grado B. Certificado de Competencia Profesional. Este grado puede obtenerse superando dicha formación o mediante la acumulación de varios títulos del anterior nivel.
- Grado C. Certificado Profesional, que corresponde a varios módulos profesionales.
Estos tres primeros niveles están pensados para aquellas personas que tienen una amplia experiencia laboral en un sector determinado pero que no disponen de ningún título que lo avale. Con ellos, las personas que los realicen podrán contar con un título oficial en el caso de quedarse en situación de desempleo y tener que buscar nuevamente trabajo. Hasta ahora, acreditar las competencias de este tipo de personas suponía un proceso muy lento, pero con el nuevo sistema, el Ministerio prevé acreditar las competencias profesionales de más de tres millones de trabajadores en cuatro años.
- Grado D. Ciclos Formativos (Grado Básico, Grado Medio y Grado Superior). Toda esta oferta tendrá un carácter dual, por lo tanto los estudiantes que los realicen deberán pasar por una empresa en un periodo de prácticas. El Grado Básico está pensado para los estudiantes que tienen necesidades educativas especiales y que ya han agotado las medidas de adaptación de la oferta educativa ordinaria. Para acceder al Grado Medio, se deberá contar con un título de Secundaria y con una titulación de Bachillerato para poder realizar un Grado Superior.
- Grado E. Cursos de especialización. Las personas que superen un curso de especialización de la nueva formación profesional de Grado Medio obtendrán un título de Especialista del perfil profesional correspondiente. Aquellos que superen un curso de especialización de la nueva formación profesional de grado superior obtendrán el título de Máster Profesional. Suponen una formación ‘extra’ que permite a los estudiantes que poseen un Ciclo Formativo especializarse en un campo determinado de su sector. Estos se dividen en familias profesionales y cada vez se están adaptando más a las necesidades del mercado actual. Un ejemplo de estas titulaciones son los cursos de ‘Implementación de redes 5G’ o de ‘Inteligencia Artificial y Big Data’.
Más plazas y más oferta educativa
Los cambios que trae consigo la nueva ley se materializarán el próximo curso 2022/2023 y el Ministerio de Educación y Formación Profesional está trabajando para que los futuros estudiantes de FP cuenten con una mayor oferta. Para ello, se están creando nuevas titulaciones, más plazas en los centros formativos así como nuevos centros en los que cursar este tipo de estudios. Otra de las previsiones del Gobierno es que en un plazo de tres años, el 10% de la oferta tenga un carácter bilingüe.