La necesidad de contar con referentes femeninos ha sido durante los últimos años una de las principales reivindicaciones de la coeducación, una corriente educativa que tiene como objetivo promover el desarrollo de niños y niñas libres de estereotipos de género. Eso implica, por ejemplo, una revisión constante del lenguaje empleado en clase, de cómo se trata a los estudiantes independientemente de su sexo, de las reacciones a sus notas o comportamientos en clase.
Y un paso esencial para conseguirlo es fomentar la igualdad desde los libros de texto que se emplean en las aulas en cualquier nivel y materia; una asignatura que hasta hace no mucho estaba todavía pendiente. Así lo comprobó Ana López-Navajas (Universidad de Valencia), que en en el estudio ‘Análisis de la ausencia de las mujeres en los manuales de la ESO: una genealogía de conocimiento ocultada’, concluyó que solo el 7,5% de las referencias aparecidas en los 115 libros analizados de 19 asignaturas hacían mención a mujeres. Entre ellos, los que menos incluían eran los de materias como Física y Química o Ciencias Sociales.
¿Qué están haciendo las editoriales?
Las editoriales son conscientes de esta brecha y, desde hace algunos cursos escolares, están trabajando para dar a las mujeres un protagonismo equitativo al de los hombres y velando por que estén integradas en el currículum educativo desde una perspectiva feminista. Esto supone incorporar referentes femeninos, pero también garantizar un uso inclusivo del lenguaje y la corresponsabilidad, evitando estereotipos y mostrando ejemplos de participación igualitaria de las personas sin que coincidan con los roles de género predefinidos. “Estamos en contacto con personas e instituciones que trabajan este tema y los incorporamos como autores o revisores de nuestra labor y, además, buscamos constantemente información actual para encontrar y visibilizar el trabajo de mujeres que pueden ser un referente, y de hombres que pueden serlo también de otros modelos de masculinidad”, afirma Luciana De Loof Sosa, jefa de contenidos educativos del Grupo Edelvives.
En el Grupo SM, por otro lado, se ha creado material de uso interno específico para orientar a los editores en la labor educativa en la igualdad y la equidad. Igualmente, dispone de un canal interno de consulta para resolver dudas sobre el enfoque y tratamiento de ciertos temas según niveles en el marco de su línea editorial; a la vez que realizan formaciones impartidas por especialistas (internos y externos) a todos los equipos que conforman un proyecto educativo para fomentar la reflexión, compartir dudas y crear espacios de colaboración, canales abiertos de consulta y generar políticas globales de tratamiento de la igualdad. “Atendemos especialmente al uso de la imagen, el lenguaje inclusivo, las dinámicas de aula que fomenten la enseñanza en la igualdad, visibilidad de las mujeres en la historia, la ciencia, la literatura…”, explica Carles Suero, director corporativo de Educación de SM.
Otro ejemplo es el de Santillana, que ha definido un libro de estilo para la igualdad de género, en el que han determinado los criterios de utilización de lenguaje inclusivo y de selección y tratamiento de los contenidos y las imágenes, que todos los profesionales de la editorial deben seguir en sus publicaciones. “Además, elaboramos proyectos pedagógicos dedicados en su totalidad a la reflexión sobre la igualdad de género y su promoción”, completa Teresa Grence, su directora Editorial.
Enfoque más igualitario
¿En qué se traduce todo esto? Poco a poco, se percibe un enfoque más igualitario en los textos e ilustraciones que los acompañan, visibilizando la diversidad e incluyendo modelos y conductas inspiradores para que los estudiantes puedan identificarse también con modelos educativos femeninos. “Apostamos por visibilizar la diversidad del ser humano, incorporando personas de diferentes etnias y nacionalidades, aspecto físico, modelos de familia, ocupaciones, etc”, explica De Loof, de Edelvives.
“Además, promovemos la corresponsabilidad, en especial en las imágenes, evitando estereotipos y mostrando ejemplos de participación igualitaria de las personas sin que coincidan con los roles de género. También las comparaciones entre niñas y niños, los mensajes que centran la importancia en el aspecto físico y las imágenes hipersexualizadas”, continúa. Todo ello, acompañado por actividades que dan pie a los equipos docentes para reflexionar con su alumnado y a trabajar las emociones desde edades tempranas.
Santillana, por ejemplo, elabora proyectos pedagógicos totalmente dedicados a la reflexión sobre la igualdad de género y su promoción. Es el caso de uno de los títulos de su proyecto ECOS, que está dedicado al ODS 5 ‘Igualdad de género’, a través del cual el alumnado de Secundaria puede llevar a cabo un proyecto de Aprendizaje-Servicio en torno a este importante objetivo. “Además, presentamos mujeres activas en los distintos ámbitos (económico, político, cultural, intelectual, deportivo…) con su nombre completo y no solo las iniciales, en posiciones de poder también, de todas las edades y con aspectos físicos variados, huyendo de estereotipos”, explica Grence. El objetivo no es otro que tratar de educar al alumnado en una perspectiva crítica, hacer reflexionar a los estudiantes a través de las actividades sobre la ausencia de mujeres en posiciones de poder en muchas etapas de la historia de la humanidad.
En este sentido también trabaja SM, que incluye en sus libros modelos y conductas inspiradores con el fin de que los alumnos puedan identificarse con modelos educativos femeninos: mascotas infantil de científicas, emprendedoras, no sexualizadas, ni idealizadas. Y apuestan también por involucrar a docentes y familias desde los propios materiales educativos. “Debemos estar unidos en el compromiso por una educación equitativa e igualitaria”, concluye Suero.