Decía Michel Desmurget, doctor en Neurociencia y director de investigación en el Instituto Nacional de Salud y la Investigación Médica en Francia, en esta entrevista publicada en nuestra web que los estudiantes pasaban, durante toda su época académica, cerca de 30.000 horas delante de una pantalla (usándolas de forma recreativa). Algo que, para el experto, provoca (entre otras cosas) “retrasos en la maduración dentro de las redes lingüísticas, debido en parte a una disminución del tiempo dedicado a la lectura y a las interacciones intrafamiliares”.
Esta cuestión, la de la sobreexposición a las pantallas por parte de los menores, también ha sido el motivo por el que más de 50 expertos en distintas ramas de la salud, la pedagogía, la psicología o el ámbito digital han lanzado el Manifiesto Infancia y Pantallas, que tiene como objetivo promover un desarrollo saludable en la primera infancia, de 0 a 6 años, además de “concienciar de la necesidad de preservar a los niños de estas edades a la sobreexposición continuada a los dispositivos digitales y pantallas ya que es una etapa crucial para el desarrollo cerebral, físico y emocional”, reza el documento.
Efectos del consumo excesivo de pantallas en menores
Publicado con motivo del Día Mundial de Internet, que se celebró el pasado 17 de mayo, no pretende eliminar la relación que tanto los adultos y los niños tienen con las pantallas, sino que más bien remarca que lo realmente necesario “es identificar en qué contextos los dispositivos digitales y las pantallas son útiles y necesarios”. De este modo, el manifiesto destaca los efectos nocivos que pueden acarrear la sobreexposición a las pantallas:
- En el desarrollo cerebral. El documento destaca que el cerebro experimenta grandes cambios durante la infancia, sobre todo en los primeros seis años de vida. El uso de pantallas puede disminuir el tiempo de las diferentes experiencias positivas, de exploración, estimulación y juego en esta etapa vital. Por otro lado, también subraya que distintos estudios señalan un menor grado de aprendizaje o menor capacidad lectora, entre otras cuestiones.
- En la salud y desarrollo físicos. Entre los efectos en la salud, se indica que las pantallas favorecen un estilo de vida sedentario y que su uso se relaciona con sobrepeso y obesidad, mayor riesgo cardiovascular y problemas musculoesqueléticos. También con trastornos del sueño y con el desarrollo de trastornos visuales.
- En la salud emocional. En el manifiesto se indica que la exposición a pantallas en la infancia se asocia a dificultades en la regulación emocional, aumento de la respuesta de estrés, más problemas de conducta, aumento del riesgo de TDAH y aumento del aislamiento social, así como comportamientos antisociales y sintomatología depresiva en edades más avanzadas.
¿Qué propone el manifiesto para evitarlo?
Siete son los puntos en los que los expertos promueven distintos aspectos para actuar y mejorar la relación de los niños con las pantallas.
- Potenciar una mayor investigación y divulgación sobre los efectos nocivos. Se propone que las universidades, centros de investigación o distintas instituciones sigan identificando qué efectos pueden tener las pantallas en los pequeños y, por otro lado, hacer divulgación de esas evidencias científicas desde los departamentos de salud, ayuntamientos y medios de comunicación.
- Promover una mayor concienciación social. ¿El objetivo? Dejar de normalizar el uso de pantallas en menores de tres años. En este caso se pone especial hincapié en los medios de comunicación para que dejen de utilizar imágenes donde haya menores de 6 años utilizando una pantalla.
- Mejorar la regulación en la clasificación de contenidos audiovisuales. Se propone como referente el Código PEGI (Información Paneuropea sobre Videojuegos) para impulsar un nuevo sistema de clasificación para los menores de 6 años en cuanto a contenidos audiovisuales.
- Sensibilizar a la sociedad sobre las necesidades de los primeros años de vida. A través de campañas de concienciación, sensibilización y promoción de las alternativas analógicas de juego.
- Orientar a las familias. Para ello, se pide formar a los docentes para que se conviertan en transmisores sobre los factores de riesgo de las pantallas, y también formar a las propias familias con talleres específicos en los que se exponga el buen uso de las mismas por parte de los adultos.
- Promover políticas de conciliación familiar que permitan una crianza responsable. En este punto hacen un llamamiento a las personas con capacidad de gobernar y legislar para promover una mayor conciliación familiar además de facilitar el acceso gratuito a recursos para la primera infancia y las familias, sobre todo las más vulnerables.
- Impulsar la regulación de las empresas de tecnologías digitales para que limiten las posibilidades de recopilar información personal infantil con fines comerciales. Con iniciativa legislativa del gobierno del estado.
Todo aquel que lo desee puede unirse a este manifiesto firmándolo en esta petición creada en change.org.