Son muchas las ocasiones en las que nos cuestionamos cómo acercar al alumnado de Infantil las letras. Aunque en la mayoría de las aulas contamos con un método de lectoescritura que nos apoya en esta tarea, continuamos con la incertidumbre de cómo iniciarles en el fascinante viaje lectoescritor ya que los materiales impresos suelen centrarse en la grafía de las letras ocasionando un inicio artificial que no siempre respeta el nivel madurativo que los niños poseen.
Lectoescritura en infantil
Se debería evitar un comienzo ‘sobre papel’ tal y como orienta la psicología y la pedagogía, para apoyarse en la manipulación, la experimentación, la funcionalidad y el juego con propuestas como las que, a continuación, indican:
Actividades relacionadas con el nombre propio
Nada más fascinante que ver la cara de ilusión de un estudiante cuando ve por primera vez su nombre escrito. Así, podemos jugar a buscar nombres que empiecen o acaben con la misma letra; contar las vocales que tienen; si se repite alguna de ellas; buscar objetos de la clase que empiecen por la letra de mi nombre o la del compañero; o jugar a los monstruos tragaletras (consiste en coger unas bolsas de cierre fácil y dibujar en ellas la cara de un monstruo para que vayan metiendo en cada una de ellas las letras que se indiquen).
Actividades con materiales de la vida cotidiana
Consideramos conveniente que exista una continuidad entre las experiencias que el niño vive en el aula y en casa para que el aprendizaje se contextualice y la lectoescritura no se convierta en un ámbito relegado al escolar. Para ello, podemos emplear infinidad de materiales caseros como pinzas, tapones, depresores, envases de diferentes tipos, botones… con los que jugar y aprender al mismo tiempo.
Momentos festivos y días especiales
En el aula surgen situaciones especiales que es conveniente aprovechar para transmitir a los niños un aprendizaje funcional. A través de esos momentos se pueden trabajar diferentes aspectos lectoescritoresó cómo escribir una carta, carteles en el aula, listas (de la compra, materiales que necesitamos o lo que necesito meter en la mochila para una excursión) o escribir la invitación a la graduación de fin de curso, entre otros ejemplos.
Usando las TIC
Existe una gran variedad de recursos digitales para trabajar el campo lectoescritor. Además, a través de este tipo de recursos se potencia y refuerza lo manipulado con las actividades previas. Un aspecto a destacar es que la era tecnológica ha abierto su potencial gracias al mundo de la robótica: en este sentido, con los robots de aula es posible identificar letras, buscar imagen-grafía, separación silábica…
Actividades viajeras
La importancia de la familia en este inicio es clave, por ello podemos realizar varios ejercicios donde trabajar de manera conjunta. A modo de ejemplo podemos citar: el recetario viajero, el cuaderno de las palabras (asociación de imagen y escritura ofreciendo diferente tipología de letra) el libro del nombre, libro de poesías y refranes, o las palabras dulces (bote o caja con el nombre de cada niño que va rotando por las diferentes casas. Dentro del bote, cada niño va escribiendo aspectos positivos del dueño del bote). Además de la familia, los compañeros de otros cursos nos pueden ayudar convirtiéndose en nuestros padrinos lectores.
Visitas y salidas
Cada una de ellas puede aprovecharse para trabajar tanto la lectura como la escritura, dándonos cuenta de que nuestro mundo está formado por letras. Podemos enviar un agradecimiento escrito al lugar visitado, hacer una lista de preguntas o consultas para realizar durante la visita…
Rutas literarias
A través de fragmentos literarios (poesías, trabalenguas, refranes, adivinanzas, chistes, dichos populares…) se puede trabajar la movilidad articular para una correcta pronunciación del habla, el gusto por la cultura propia, el disfrute por las letras... ¿En qué consisten estas rutas literarias? Es una búsqueda, donde gracias a la ayuda de las familias, profesorado… tomaremos constancia de la diversidad cultural existente en nuestro país. Por ejemplo: el refranero del año, el concurso de adivinanzas entre las familias, el festival del humor…
Es muy difícil explicar todas las actividades o posibilidades lectoescritoras que nos ofrece la vida diaria del aula. Sin embargo, hemos querido recoger una pequeña muestra de diferentes tipos de propuestas, ya que defendemos la necesidad de implementar en el aula una gran variedad de dinámicas que no sólo respeten el ritmo individual de los alumnos, sino también sus diferentes formas de aprendizaje. De esta manera, no debemos olvidar que es el maestro el que debe adaptarse al niño, y no al revés.